Los sistemas sanitarios de todo el mundo están sometidos a una enorme presión. La pandemia marcó un antes y un después respecto de algunos aspectos de mejora en los centros médicos como la falta de recursos humanos y materiales, así como la necesidad de prevenir y preparar infraestructuras para hacer frente a una crisis de tal magnitud. Estas carencias, sumadas a la creciente demanda de servicios de salud, han puesto sobre la mesa la necesidad de introducir rápidamente herramientas y soluciones digitales para optimizar los procesos y mejorar la atención al paciente.
Un desafío frecuente en el sector está relacionado con el tiempo perdido ocasionado por problemas tecnológicos. Según un reciente estudio de Epson, los profesionales pierden hasta siete horas al mes debido a interrupciones tecnológicas, que dificultan el cumplimiento de sus responsabilidades. Esta pérdida de tiempo, generada en muchas ocasiones por el uso de tecnología inapropiada o ineficiente, no solo afecta la productividad de los equipos médicos, sino que también impacta en la calidad de la atención a las personas usuarias del servicio, que esperan respuestas rápidas y oportunas.
Los profesionales pierden hasta siete horas al mes debido a interrupciones tecnológicas, que dificultan el cumplimiento de sus responsabilidades
Se podría pensar que la falta de financiación es un desafío que enfrentan los hospitales y centros de salud, pero los datos revelan lo contrario. El estudio muestra que solo el 17% de las personas encuestadas considera que la falta de recursos económicos es un impedimento para alcanzar sus objetivos. Así, los fondos para implementar mejoras tecnológicas están disponibles y no deberían ser una barrera para realizar las inversiones destinadas a mejorar estos procesos internos. Con esto en mente, tanto la Administración como los centros privados tienen la oportunidad de impulsar inversiones que mejoren la eficiencia del trabajo y la optimización de los recursos sanitarios.
Algunas soluciones como la adopción de dispositivos periféricos en el sector de la salud son un primer paso en el camino para una rápida gestión de la información digital de pacientes. De acuerdo a sus necesidades, muchos centros pueden requerir de impresiones a velocidades ultrarrápidas, escáneres de alta precisión o incluso de proyectores que agilicen el trabajo colaborativo en un proceso virtual, sin necesidad de rotafolios, pizarras blancas o pantallas planas. Además, estos dispositivos facilitan una comunicación más efectiva entre los equipos de atención médica, optimizando el tiempo de respuesta y reduciendo la posibilidad de errores. De esta forma, se puede asegurar la productividad de los hospitales al mismo tiempo que se prioriza la atención en los pacientes y se optimiza el trabajo del personal sanitario.
Está claro que la implementación de tecnología y soluciones digitales desempeña un papel importante en las instituciones sanitarias para mejorar el cuidado y la atención de los pacientes. Sin embargo, herramientas como impresoras o escáneres, bien seleccionadas, pueden ayudar a resolver algunos problemas actuales del sector y evitar que los profesionales continúen perdiendo horas de forma improductiva en su día a día. Ahora es un momento clave de reevaluar la tecnología que nos rodea y entender cómo puede ser un motor para transformar la forma en que trabajamos, sobre todo en un sector tan indispensable como el sanitario.