Proofpoint ha publicado su informe anual Voice of the CISO, que analiza los principales retos a los que se enfrentan los directores de seguridad de la información (CISO). El estudio pone de manifiesto que los CISOs españoles tienen más confianza en su postura de ciberseguridad que el año pasado: después de dos años de perturbaciones sin precedentes, los CISO españoles sienten ahora que tienen más control sobre su entorno. Sólo uno de cada tres encuestados (31%) considera que su organización está en riesgo de sufrir un ciberataque en los próximos 12 meses, frente al 50% del año pasado. La media mundial, sin embargo, se sitúa en el 48%.
Pero sentirse preparado para un ciberataque es muy diferente a estarlo. Esta creciente confianza de los CISOs es probablemente el resultado de haber superado con éxito un evento sísmico (la pandemia) más que cualquier cambio tangible en los niveles de preparación frente a los riesgos. El informe revela que el 50% de los CISOs globales todavía sienten que su organización no está preparada para manejar un ciberataque y el 56% considera que el error humano es su mayor vulnerabilidad. En España, la preparación de las organizaciones ha mejorado ligeramente, pero sigue siendo una preocupación clave. Mientras que el 53% de los CISO españoles creían que no estaban preparados para frenar un ataque dirigido en 2021, esta cifra se ha reducido al 49% este año.
El informe Voice of the CISO de este año profundiza en las respuestas de 1.400 CISOs de organizaciones de tamaño medio a grande de diferentes sectores, realizada por una entidad independiente. A lo largo del primer trimestre de 2022, se entrevistó a un centenar de CISOs de cada uno de los siguientes 14 países: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España, Suecia, Países Bajos, Emiratos Árabes Unidos, Australia, Japón y Singapur.
La investigación aborda tres áreas clave: el riesgo de amenazas y los tipos de ciberataques que combaten los CISOs a diario; los niveles de preparación de los empleados y de las organizaciones que se enfrentan a los ataques; y el impacto de dar soporte a una forma de trabajo híbrida al tiempo que las empresas se preparan para reabrir sus oficinas. También descubre los retos que experimentan los CISOs en sus funciones, su posición en los consejos de adminstración y las expectativas empresariales de sus equipos.
“Mientras que los ataques de alto perfil interrumpieron las cadenas de suministro, fueron noticia y dieron lugar a una nueva legislación en materia de ciberseguridad, 2021 resultó ser otro momento difícil para los CISO de todo el mundo. Pero a medida que los CISOs se adaptan a las nuevas formas de trabajo, es alentador ver que ahora parecen estar más seguros de su postura de seguridad”, comenta Andrew Rose, CISO residente de Proofpoint para EMEA. “A medida que se desvanece el impacto de la pandemia en los equipos de seguridad, nuestro informe de 2022 descubre un problema acuciante. La reactivación del mercado laboral y los cambios de trabajo hacen que los equipos de seguridad estén gestionando ahora una gran cantidad de vulnerabilidades relacionadas con la protección de la información y las amenazas internas”.
El informe Voice of the CISO 2022 de Proofpoint destaca las tendencias generales, así como las diferencias regionales entre la comunidad global de CISOs. Las principales conclusiones mundiales incluyen:
- Los CISOs tienen más confianza en su postura de ciberseguridad: después de dos años de interrupciones sin precedentes, los CISOs sienten ahora más control sobre su entorno. Sólo el 31% de los CISOs españoles sienten que su organización está en riesgo de sufrir un ciberataque en los próximos 12 meses, frente al 48% de los CISOs globales. Además, su confianza ha aumentado respecto al 50% del año pasado.
- Hay una falta de consenso entre los CISOs en cuanto a las amenazas más significativas que se dirigen a su organización: este año, el ransomware y los ataques a la cadena de suministro encabezaron la lista para los CISOs españoles, ambos con un 32%, pero fueron seguidos de cerca por el Compromiso de Cuentas en la Nube (cuentas de O365 o G suite comprometidas) con un 31% y el compromiso de cuentas de correo corporativo con un 30%. Sin embargo, a nivel global, las amenazas internas encabezaron la lista con un 31%, mientras que el ransomware se situó en cuarta posición con un 28%.
- La preparación cibernética de las organizaciones ha mejorado, pero sigue siendo una preocupación clave: la creciente familiaridad con el entorno de trabajo post-pandémico también ha hecho que los CISO se sientan mejor equipados para hacer frente a las ciberamenazas. Mientras que el 66% creía que no estaba preparado para un ataque dirigido en 2021, esta cifra se ha reducido al 50% este año. Los datos locales también reflejan esa mejora: el 53% de los CISOs españoles creían en 2021 que no estaban preparados, y la cifra se ha reducido al 49% este año.
- La concienciación de los empleados en materia de seguridad va en aumento, pero los usuarios todavía no están suficientemente capacitados para el papel de la ciberdefensa: el 53% de los encuestados españoles cree que los empleados entienden su papel en la protección de su organización frente a las ciberamenazas, y solo el 48% de los CISOs españoles considera que el error humano es la mayor vulnerabilidad de su organización. A nivel global, el error humano preocupa al 56% de los CISOs encuestados, y el 60% cree que los empleados entienden su papel como barrera frente a los ataques. Sin embargo, las cifras locales y globales coinciden a la hora de analizar la formación en ciberseguridad para los empleados: sólo el 50% de las organizaciones aumentaron su frecuencia.
- El trabajo híbrido a largo plazo hace que la protección de los datos sea un nuevo reto para los CISOs: los empleados forman ahora el perímetro defensivo dondequiera que trabajen, y el 43% de los CISOs españoles están de acuerdo en que han visto un aumento de los ataques dirigidos en los últimos 12 meses (el 51% en todo el mundo). Mientras que los CISOs globales intentan enfrentarse al creciente reto de proteger los datos en una plantilla dispersa, sólo el 37% de los CISOs españoles consideran que la protección de la información es un problema. Cuando se les preguntó cómo era más probable que los empleados causaran una filtración de datos, los CISO españoles señalaron como vector más probable la negligencia de los usuarios internos, cuando los empleados exponen involuntariamente la información. Esto choca con las percepciones a nivel global, donde los CISOs mencionaron los ataques internos mediante cuentas comprometidasos como el vector más probable, donde los empleados exponen inadvertidamente sus credenciales, dando a los ciberdelincuentes acceso a datos sensibles.
- Los titulares sobre el ransomware han aumentado en gran medida la concienciación de los consejos de administración sobre los riesgos cibernéticos y han impulsado cambios de estrategia: la gran repercusión de los últimos ataques ha hecho que el ransomware ocupe el primer lugar en la agenda de las organizaciones, y el 47% de los CISO españoles (58% a nivel global) han revelado que han contratado un ciberseguro, y la mitad (3 de cada 5 en todo el mundo) se han centrado en la prevención en lugar de en las estrategias de detección y respuesta. Sin embargo, a pesar de lo que está en juego, la mitad de los CISO españoles (42% de los CISOs globales) admiten que no tienen una política respecto al pago de rescates.
- Aunque los CISOs se sienten ligeramente menos presionados, la aceptación de la junta directiva sigue siendo baja, ya que el riesgo cibernético preocupa a los líderes empresariales: el 51% de los CISOs españoles considera que las expectativas sobre su función son excesivas, frente al 58% del año pasado. Sin embargo, la percepción de falta de alineación con los consejos de administración ha aumentado, ya que sólo el 17% de los CISOs españoles está muy de acuerdo en que su junta directiva coincide con ellos en cuestiones de ciberseguridad. Al considerar los ciber-riesgos, los CISOs españoles enumeraron el daño a la reputación, la interrupción de las operaciones y la pérdida de ingresos como las principales preocupaciones de la junta directiva.