Aunque la inteligencia artificial (IA) está en boca de todos, y más aún en los últimos años, son pocos los que entienden las aplicaciones de esta tecnología en el mundo real. Entonces, ¿qué pasa con la IA ética? En primer lugar, es necesario definir este concepto porque hay muchas dudas en torno a esta nueva tecnología, principalmente debido a la falta de conocimientos y a las experiencias pasadas. Los seres humanos temen lo que no entienden y en los periódicos y las películas, la IA muchas veces se asocia con un futuro distópico que puede preocupar al público en general.
Por tanto, es normal que haya “prejuicios” y preguntas en torno a esta tecnología aplicada a RRHH. ¿Y si la IA es discriminatoria? ¿Cómo podemos evitar recrear los prejuicios a través de la tecnología? ¿Sustituirá la IA a los humanos en los procesos de RRHH?
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La IA, la baza del responsable de RRHH
Gracias a las tecnologías de RRHH basadas en la IA, los gestores de contratación pueden identificar los perfiles de los candidatos -tanto internos como externos- a través de la comparación de habilidades. Además, la tecnología de la IA puede ahora ayudar a los gestores a entender y detectar las habilidades y carencias de los empleados y candidatos de toda la empresa, ayudando a identificar y recomendar oportunidades de aprendizaje y desarrollo profesional personalizadas. Sin embargo, con la automatización de los procesos, a los responsables de RRHH les preocupa que el algoritmo discrimine de la misma manera que lo hacen hoy los procesos y enfoques tradicionales. De hecho, cuando se utilice a gran escala y especialmente en Recursos Humanos, la IA afectará a un gran número de personas.
Por tanto, es necesario desarrollar aplicaciones éticas de la IA para corregir los sesgos existentes. Sin embargo, es difícil definir cuándo esta tecnología es suficientemente ética. Uno de los principales retos es transformar los conceptos éticos en aplicaciones prácticas de la IA. Para ello, es necesario conocer bien el algoritmo de manera que los RRHH puedan detectar cualquier problema al utilizarlo. A su vez, las aplicaciones de IA deben ser analizadas regularmente para garantizar que los algoritmos no están aprendiendo de forma incorrecta o repitiendo patrones incorrectos.
Siempre habrá cierta incertidumbre sobre la IA, sin embargo, dado el desarrollo de los últimos años, podemos anticipar que la tecnología madurará muy rápidamente. Esto dará lugar al desarrollo de algoritmos y a la evolución de conceptos mejor definidos.
La ética a través de los datos
Para crear un marco ético para las aplicaciones de IA y RRHH, la calidad de los datos es de suma importancia. También lo es comprender de dónde proceden los datos. Por lo tanto, las empresas deben utilizar datos “limpios”, dado que el algoritmo sólo hace entre el 10 y el 20% del trabajo, no puede hacerlo mejor que la información que tiene. De hecho, los algoritmos anteriores se diseñaban a partir de datos históricos que podían repetir viejos patrones. Es el caso de Amazon, que en 2018 tuvo que detener su software de contratación basado en IA.
Desde entonces, la Comisión Europea ha avanzado en el tema y ha definido siete elementos esenciales (seguridad, privacidad…) para la IA ética con el fin de dar a los científicos datos para operativizar las aplicaciones de IA ética. También anunció, hace unos días, su propuesta legislativa para una IA fiable con un enfoque basado en niveles de riesgo. Según la Comisión, los sistemas de IA en RRHH son de alto riesgo y tendrán que cumplir con estrictas obligaciones. Mucho antes de este anuncio, las empresas europeas ya habían empezado a abordar esta cuestión. En Francia, Orange anunció la creación de un consejo de ética de los datos y la IA para apoyar la aplicación de los principios éticos que enmarcan el uso de la IA y los datos. Es probable que esto sea sólo el principio.
Para reducir el miedo en torno a la IA, es esencial educar a la gente sobre lo que es esta tecnología, para qué sirve y por qué debemos usarla, para que puedan entenderla mejor. Lo mismo ocurre con su integración en los procesos de RRHH. Ya no es un dogma sino una realidad. Por supuesto, aún estamos en las primeras fases de su desarrollo, pero sabemos que esta innovación va a revolucionar el sector, por lo que nos corresponde sentar las bases para su buen uso. Todavía estamos a tiempo.