Computing ha iniciado un Tour de Ciberseguridad que recorre parte de la geografía nacional. El itinerario se presenta apasionante con un grupo de entidades dispuestas a alcanzar la meta, que no es otra que lograr frenar los ciberataques.
Pero el ritmo de las organizaciones ante el reto de la seguridad debe ser rápido y ágil, no basta con esperar en la cola del pelotón a que se produzcan los ataques; como muchas de ellas explican, debido a la velocidad a la que se va hoy en día, hay que estar preparados desde el inicio, desde el diseño. Además, la concienciación de todo el equipo debe ser parte de la estrategia.
Junto a ello, ya son conscientes de que la evolución de las amenazas crece a un ritmo trepidante; no hay que esperar al sprint para verse ganador frente a ellas, sino que hay que intentar estar por delante, demarrar para ganar tiempo ante un enemigo incansable al que no se puede subestimar en ningún momento. Hay etapas que presentan duras rampas, en estos casos, el talento de la empresa se hace imprescindible al igual que disponer de tecnología de última generación que permita pedalear con mayor ímpetu para no quedar descolgado.
Podemos estar seguros de que la acometida se producirá y que habrá caídas, el casco se hace necesario en este caso, así como un plan de resiliencia y hacer efectiva una adecuada recuperación. La estructura organizativa lo es todo: el tridente tecnología, procesos y personas-equipo, debe servir para, si no ganar cada batalla, sí al menos para estar a la altura en cada una de las etapas y ofrecer una resistencia en esta competición permanente.