Cryptolocker, Pedro y el Lobo

Los tópicos son tópicos de tanto usarlos y terminan perdiendo su interés por parte de quien los escucha.

Publicado el 11 May 2015

91698_22

Los mensajes repetidos pierden eficacia, se vacían de contenido porque la mente humana es incapaz de mantener la alerta sobre una misma materia durante mucho tiempo. Lo mismo pasa con los refranes y las frases hechas. ¿Carecen de sentido o es que el transcurrir de los años y la soberbia humana ya se lo han arrebatado? Pero, tras años riéndome con la sabiduría popular, fiel a la tradición de Cervantes o Jardiel Poncela, hoy tengo que confesar que es cierto: que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, que el hombre tropieza dos veces con la misma piedra, y entonces viene el crujir de dientes y las lamentaciones.

Que no hay que dejar para mañana lo de hoy y que la cadena se rompe siempre por el eslabón más débil. Así es, cuando uno es víctima de un ataque de phising con técnicas de ransonware y de repente de encriptan los ficheros para después pedirte con todo el descaro del mundo un rescate. Entonces, cuando la desesperación se apodera de ti y tu orgullo te obliga a no ceder ante el chantaje, te das cuenta de lo importante que es tener a salvo la información vital. Realizar copias de seguridad con la mayor regularidad posible y examinar con lupa cualquier correo procedente del exterior que te induzca a introducir datos, hacer clic sobre un enlace o responder a una dirección determinada.

Este ‘tópico’ es trasladable a la pequeña empresa y cualquier organización. El personal debe estar informado de las artimañas que utilizan los ciberdelincuentes y saber cómo actuar ante unos mensajes que llegan a su bandeja de entrada cada vez más sofisticados y con apariencia real. Aunque la sintáctica siempre les delata, no todo el mundo es un corrector de estilo y las prisas hacen que el correo electrónico lo utilicemos con frivolidad. Se requieren buenas prácticas, educar a los empleados y utilizar toda la tecnología disponible para defendernos. Pero todo ello le importa un rábano al común de los mortales, hasta que un día, un maldito día te contagian con un virus, y han echado por tierra horas de trabajo o información vital para tu empresa. Entonces todo está perdido, y hay que volver a empezar de cero.

¿Qué te ha parecido este artículo?

La tua opinione è importante per noi!

Rufino Contreras
Rufino Contreras

Artículos relacionados

Artículo 1 de 2