La nube ha cambiado el escenario tecnológico y empresarial. Cloud computing es ya una de las tecnologías que determinan la estrategia de presente y futuro de las empresas. Es un factor imprescindible para la actividad diaria de cualquier negocio. Más aún si esa empresa ha decidido apostar firmemente por el mundo digital. Un mundo en que el cloud híbrido se está convirtiendo poco a poco en la opción con más adeptos.
Uno de los puntos clave que está favoreciendo este avance imparable de la nube híbrida es su versatilidad para administrar servicios críticos donde la privacidad debe ser máxima y al mismo tiempo, queremos disfrutar de la flexibilidad, eficiencia y facilidad de gestión a la que nos ha acostumbrado la nube. Un claro ejemplo: la gestión de la seguridad y la disponibilidad de los datos.
Cualquier directivo sabe que existen pocos incidentes que puedan afectar de forma tan importante a su negocio como la pérdida de los datos de su organización. Y es que, dependiendo del volumen y nivel en el que se produzcan, puede suponer hasta la desaparición del negocio.
Precisamente por ello, los sistemas de backup y los DRP (Disaster Recovery Plans) basados en la nube se están convirtiendo en un asunto prioritario para empresas de cualquier tipo y tamaño. Ya no hablamos únicamente de la replicación de datos o de la posibilidad de elegir donde almacenarlos. Ahora, las capacidades se han ampliado y permiten establecer escenarios de DRP completos en los que se orquestan entornos físicos o virtuales en la nube. Hablamos ya del DRaaS (Disaster Recovery as a Service).
En cualquier caso, la elección entre una solución de infraestructura pública, privada o híbrida para el DRaaS, depende de muchos otros factores de seguridad que debemos analizar detalladamente: el tipo de información que necesitamos respaldar, su criticidad, las necesidades de accesibilidad, disponibilidad, requerimientos de escalabilidad, RTO (Recovery Time Objective), etc.
Al fin y al cabo, las consecuencias de la pérdida de datos o de un desastre IT pueden llegar a ser fatales para nuestra organización. La nueva realidad del mundo cloud no hace más que subrayar la importancia de estas decisiones y la necesidad del diálogo constante entre proveedor y cliente como la mejor garantía de que las organizaciones gestionen sus activos digitales con los niveles de servicio y seguridad que requieren.
Ventajas del DRaaS
- Reducción de costes. El pago por uso hace verdaderamente accesible este tipo de planes. Permite contar con una infraestructura IT completa para el backup, que puede ser pública en algunos aplicativos y dedicada para los aspectos más críticos del negocio.
- Flexibilidad e inmediatez. Con DRaaS ya no es necesario adquirir capacidad o sobredimensionarla de antemano, ni realizar inversiones iniciales. Se puede aumentar la capacidad de computación sin límites y ajustarnos en cada momento a las necesidades más puntuales.
- Rapidez y diligencia. Gracias a la combinación de los entornos físicos y virtuales y a su conectividad segura, la gestión del plan de recuperación puede realizarse en tiempo real. En cuestión de minutos, las empresas pueden volver a la normalidad en la gestión de sus recursos digitales, incluso cuando su sede habitual resulte impracticable.
- Protección de extremo a extremo, que permite asegurar la fiabilidad de procesos y operaciones empresariales a través de todos los puntos y componentes de la Infraestructura.