Nos encontramos ante una de las mayores transformaciones a nivel digital. La tecnología ha dejado de ser un elemento accesorio o limitado solo a un grupo reducido de personas para convertirse en un motor esencial de cambio. Estamos ante un escenario en el que las tecnologías de vanguardia que no dejan de actualizarse como la inteligencia artificial están redefiniendo la manera en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos como sociedad. Sin embargo, en esta acelerada carrera hacia la innovación surgen diferentes retos que nos llevan de nuevo a recordar que el verdadero impulso del desarrollo tecnológico proviene de las personas.
Sin duda, la inteligencia artificial es la gran protagonista de nuestro tiempo, en gran parte por su especial habilidad para potenciar la productividad y facilitar nuestra vida. Esta tecnología no solo simplifica tareas, sino que permite una mayor eficiencia, una habilidad que se potencia aún más si lo traspasamos al ámbito empresarial.
![José Antonio Rocha](https://img.computing.es/wp-content/uploads/2024/04/25094942/JoseAntonio-Rocha.jpg)
Diseñar y aplicar tecnología teniendo en cuenta las necesidades de las personas garantiza que esta no solo sea eficiente, sino también accesible
JOSÉ ANTONIO ROCHA, ENTELGY
No hay empresa que en 2024 no haya decidido incorporar la inteligencia artificial a su negocio, pero aquí nos encontramos con ese reto del que hablábamos antes. Y es que, a pesar de introducir tecnología puntera en su compañía, muchas de estas empresas se han sentido defraudadas puesto que no han conseguido alcanzar los beneficios esperados. Una de las principales razones por las que los proyectos de transformación digital fracasan es la falta de comprensión de las nuevas herramientas por parte de los equipos. Y es que, según una reciente encuesta de Entelgy, el 83% de los españoles considera que la IA debería enseñarse en las empresas. Por lo que, observamos que situar al ser humano en el centro de todo se convierte en vital, pero, ¿cómo hacer frente a este problema?
A través de una digitalización que vaya más allá de implementar IA en procesos. Se trata de diseñar soluciones que no solo hagan a las empresas más competitivas, sino que también respeten la experiencia del usuario y prioricen su bienestar. Es decir, un sistema basado en IA puede automatizar tareas repetitivas en una empresa, pero su verdadera aportación surge cuando libera tiempo a los empleados para que se concentren en actividades más estratégicas.
Diseñar y aplicar tecnología teniendo en cuenta las necesidades de las personas garantiza que esta no solo sea eficiente, sino también accesible. Pero, para ello, debemos involucrar a los usuarios desde las fases iniciales de desarrollo, capacitar a los empleados en su uso y evaluar continuamente el impacto de estas herramientas en los entornos laborales. Todo ello siempre con un enfoque humanista que asegure que la tecnología no sustituye a las personas, sino que las potencia.
En Entelgy lo sabemos, por eso somos Human driven technology, porque trabajamos con el propósito de construir una realidad mejorada impulsada por la armonía entre personas y tecnología. Una tecnología que, en su esencia, no es autónoma, sino que somos las personas quienes la definimos, impulsamos y utilizamos y en nuestras manos está garantizar que este desarrollo sea no solo eficiente, sino también significativo y humanista.
Porque el auténtico desarrollo tecnológico no solo consiste en superar barreras técnicas, sino en generar un impacto positivo en la sociedad. Y esto, solo será posible si se mantiene a las personas en el centro de cualquier actualización. Las tendencias actuales nos hacen pensar en un futuro optimista, pero también nos retan a construir un escenario en el que la tecnología sea una herramienta de empoderamiento para los humanos.