Hoy en día, la Inteligencia Artificial (IA) se aprecia más como una promesa de futuro que como una realidad, pero en los años venideros, al igual que sucedió con la electricidad, se convertirá en un elemento más de nuestra vida cotidiana. Ya está cambiando nuestras vidas para mejor, en muchos aspectos que nadie podría imaginar. La pandemia de la COVID-19 ha situado a nuestro ordenador o smartphone como nuestro principal medio de conectar con el mundo, no solo para adquirir bienes, sino también para trabajar, y sin darnos cuenta hemos estado haciendo uso de la IA. Estos dispositivos nos recuerdan que debemos hacer un seguimiento de los mails que recibimos, facilita el proceso de compra de cualquier producto o servicio sin salir de casa, nos envía recomendaciones personalizadas e incluso nos ayuda a volver a la oficina de forma segura. Asimismo, la IA se ha convertido en un aliado de excepción en la búsqueda activa de una vacuna eficaz frente al coronavirus en un escenario sin precedentes, donde los investigadores de las compañías farmacéuticas trabajan contra reloj para derrotar a la enfermedad.
Tanto el desarrollo de la tecnología de la inteligencia artificial como el debate sobre su uso están evolucionando rápidamente. A comienzos de este año, la Comisión Europea publicó su libro blanco sobre IA, en el que se establecen opciones distintas políticas sobre cómo promover un ecosistema de excelencia y confianza para la IA en Europa, como parte del afán de la Comisión por promover “una Europa adecuada para la era digital”. Tras una consulta pública sobre este libro blanco, se espera que para finales de año la UE proponga una normativa para la IA.
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Enfoque conversacional respecto a la IA
La adopción de un enfoque “centrado en el ser humano” y su relación con las nuevas tecnologías fue una de las prioridades de Ursula von der Leyen durante sus primeros 100 días como Presidenta de la Comisión Europea. El hecho de animar por igual a los innovadores y a los ciudadanos a desarrollar y utilizar la nueva tecnología con confianza refleja nuestra visión de la situación.
Para las empresas, estamos incorporando esta funcionalidad directamente en las aplicaciones que utilizan a diario, ahorrándoles tiempo y dinero, y ayudándoles a tomar decisiones más inteligentes. Con la tecnología de voz, y en particular, el desarrollo de “bots bidireccionales” los sistemas de IA del futuro no sólo aprenderán los conocimientos que les enseñamos, sino que también adquirirán la capacidad de analizar el sentimiento del usuario y entablar conversaciones completas.
Imaginamos un mundo en el que esta tecnología se democratizará y se convertirá en una parte natural de la interacción humana. Al generar confianza en cada paso del camino hacia la IA, debemos cerciorarnos de que es segura, inclusiva y que funciona en nuestro beneficio. En Salesforce ya lo estamos haciendo, debemos asegurarnos de que la nueva tecnología se desarrolle con la intención de hacer el bien y se aplique dentro de un marco que se gane la confianza de los ciudadanos.
A continuación, nos detenemos en tres usos de la IA que benefician a toda la sociedad:
1. Conseguir que la tecnología sea accesible para todos
La IA, desarrollada y aplicada correctamente, puede ser un gran ecualizador. Las plataformas habilitadas por voz, fáciles de usar y comprender, están ayudando a facilitar las interacciones diarias con la tecnología para las personas mayores y para aquellos que no son expertos en tecnología o no saben leer ni escribir. El dispositivo siempre está ahí, listo para escuchar y responder preguntas. Las capacidades de traducción de idiomas también permiten que las tecnologías de IA traduzcan el audio y transcriban a texto, ayudando a las personas con problemas de audición.
Una investigación de nuestra compañía muestra que el 75% de los compradores de productos y servicios para la empresa afirman que los chatbots y los asistentes de voz están cambiando sus expectativas. En el futuro, se puede esperar que la tecnología de voz sea una parte integral de las aplicaciones que ofrecen las empresas.
2. Personalizar la educación de los niños
Los sistemas de IA se utilizan cada vez más en colegios con el fin de personalizar las clases. Al reconocer y abordar errores comunes cometidos por los alumnos a la hora de responder a determinadas preguntas, los maestros pueden realizar actividades para asegurarse de que ningún niño se quede atrás.
Un programa de IA se entrena con el trabajo de cientos o miles de estudiantes, reconociendo las áreas comunes que suponen dificultades. Con el tiempo, este algoritmo personalizado -creando efectivamente lo que se ha llamado una “huella cerebral”- se centra en áreas específicas en las que conviene poner énfasis, ofreciendo lecciones adaptadas para mejorar el aprendizaje. El potencial para combinar la IA con la asistencia de la realidad aumentada (RA) en el aula será revolucionario porque va a permitir que los profesores vean el progreso de los estudiantes en tiempo real, a través de gráficos proyectados sobre sus cabezas, visibles sólo para el profesor que lleva gafas de RA.
3. Seguimiento y protección de las especies en peligro de extinción
Usar la IA para identificar la presencia de grandes tiburones blancos cerca de las playas más concurridas puede que no sea una de sus aplicaciones más conocidas. Sin embargo, mediante el uso de aviones teledirigidos, que analizan imágenes en tiempo real y unos algoritmos específicos, podemos reconocer y hacer seguimiento de los tiburones u otros animales en peligro de extinción.
Los miembros del equipo de Salesforce Einstein, en colaboración con la Iniciativa Oceánica Benioff de UC Santa Barbara, están haciéndolo posible en la costa sur de California. Con el denominado Proyecto SharkEye, están mostrando cómo, con suficientes datos de vídeo, se pueden entrenar algoritmos sobre una serie de factores, por ejemplo, para diferenciar entre especies de diferentes escualos. De esta forma, se pueden descartar los objetos u animales que no sean tiburones y también se puede determinar si un avistamiento presenta a un nuevo tiburón o si se trata de un animal ya registrado. Con cada avistamiento, el algoritmo se vuelve más inteligente, identificando las especies sin necesidad de marcarlas físicamente.
Cómo usamos la IA en beneficio de todos
Cada uno de estos ejemplos muestra cómo la inteligencia artificial se utiliza en beneficio de todos. También muestran lo crucial que es que la tecnología evolucione con un propósito, que se le proporcionen -de manera eficaz- datos correctos y que se nutra de unos valores éticos. Con un enfoque de la IA centrado en el ser humano, los líderes europeos pueden dar confianza tanto a los investigadores como a los ciudadanos. Si se usa con malos propósitos o ignorancia, corremos el riesgo de que la tecnología interiorice los prejuicios humanos y perjudique a la sociedad. A medida que Europa evalúa sus propias formas de mitigar los riesgos de las nuevas tecnologías, es imperativo que el sector público y las empresas trabajen juntos para garantizar un enfoque ético para el diseño y el uso de la IA.