En un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología, la transformación digital no es simplemente una opción; hoy en día se ha convertido en una auténtica necesidad imperante para aquellas empresas que buscan mantenerse competitivas y relevantes. Sin duda, en estos últimos años la evolución en este campo ha remodelado los cimientos de las industrias, redefiniendo lo que significa ser eficiente, ágil y verdaderamente innovador. Y aún tenemos la IA generativa, que no solo és una tecnología más, tiene el potencial de disrupción como la internet.
En España, esta ola de cambio no ha sido la excepción. A lo largo de los años hemos observado un notable aumento en la adopción de tecnologías avanzadas, impulsando a las empresas a reevaluar y rediseñar sus procesos, productos y servicios. Esta metamorfosis no se limita a unos pocos sectores industriales; es un fenómeno que abarca desde las telecomunicaciones hasta los servicios financieros, la energía y la administración pública, entre otros, evidenciando su impacto transversal.
En España, esta ola de cambio no ha sido la excepción. A lo largo de los años hemos observado un notable aumento en la adopción de tecnologías avanzadas, impulsando a las empresas a reevaluar y rediseñar sus procesos, productos y servicio
MIGUEL LEOCÁDIO, GLINTT
La implementación de soluciones digitales personalizadas, el desarrollo de aplicaciones a medida y la integración de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el low-code y la nube son pilares fundamentales en este viaje hacia la digitalización. Estas tecnologías no sólo optimizan los flujos de trabajo y mejoran la eficiencia operativa, sino que también abren nuevas avenidas para la innovación y la creación de valor, permitiendo a las empresas anticiparse a las necesidades del mercado y responder con agilidad a los cambios del entorno.
No obstante, la transformación digital va más allá de la mera adopción de nuevas tecnologías. Se trata de una reinvención cultural y organizacional que pone al cliente en el centro de todas las decisiones. La creación de alianzas estratégicas y el enfoque centrado en el cliente son esenciales para comprender y satisfacer las demandas de un mercado cada vez más dinámico y personalizado. Este enfoque “customer-centric” garantiza que las soluciones tecnológicas no sólo sean avanzadas, sino relevantes y adaptadas a las necesidades específicas de cada cliente.
En este contexto, el liderazgo en áreas como el desarrollo low-code, la nube y la inversión en datos e IA generativa se convierten en elementos clave, marcando la diferencia entre liderar el mercado o quedarse atrás. La capacidad de ofrecer soluciones rápidas, eficientes y escalables es lo que permite a las empresas no sólo adaptarse, sino anticipar las tendencias y necesidades futuras. La innovación constante, la agilidad y la proximidad con el cliente son, por tanto, más que meros objetivos; son los cimientos sobre los que se construye una estrategia de transformación digital exitosa.
Sin embargo, en estos últimos años nos estamos enfrentando a un desafío considerable: la escasez de talento digital, y además un talento que busca otras cosas, que no se conforma con que hasta hace poco se le ofrecía, que busca nuevos modelos híbridos de entrega de proyectos que combinen la eficiencia del trabajo remoto con la efectividad de la presencia física, permitiendo superar las barreras geográficas y acceder a un espectro más amplio de habilidades y experiencias. És una realidad que no puede ser desconsiderada. Y tiene que ser integrada en las estratégias organizacionales.
La transformación digital en España es una realidad palpable y en constante evolución, por lo que cada vez es más necesario navegar a través de esta ola de cambio y ser constructores activos del futuro digital, más conectado, más eficiente y, sobre todo, más humano.
Con el avance de la tecnología y la transformación digital como constantes compañeras de viaje, estamos ante la emocionante oportunidad de redefinir lo que significa ser una empresa en el siglo XXI, no sólo en España, sino en el escenario global.
En España, esta ola de cambio no ha sido la excepción. A lo largo de los años hemos observado un notable aumento en la adopción de tecnologías avanzadas, impulsando a las empresas a reevaluar y rediseñar sus procesos, productos y servicios