OPINIÓN

¿Quién no quiere un CPO en su vida?



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Ángel Pineda, CEO de Orizon, comparte su opinión sobre el panorama actual en el ANUARIO COMPUTING 2025

Publicado el 11 mar 2025



fotografias Joaquín P. Reina
fotografias Joaquín P. Reina

En el sector de las Tecnologías de la Información siempre se ha reivindicado que los CIO debían ascender desde los sótanos hasta las plantas nobles en las que se decide el negocio y que, para ello, era imprescindible hacer inteligible el papel de la tecnología en el éxito de la empresa. Se ha avanzado en este camino, pero los giros sociales acaecidos en los últimos años, tales como la crisis económica de 2008, la pandemia o la incertidumbre geopolítica, han modificado tantos aspectos de los negocios y de nuestras vidas, y la tecnología no ha sido ajena, que este objetivo se ha visto truncado.

O bien para adaptarse al nuevo orden o bien para sacar tajada de él, la tecnología no ha parado de complejizarse e incrementar sus costes. Un buen paradigma de esta evolución es la famosa ‘nube’, injustificada en términos de servicio y económicos, en muchas ocasiones. Todo esto ha provocado cierto descontrol y muchas empresas tienen ahora una caja llena de cables de colores, enredados, cada uno con su propio conector, sin tener claro la utilidad de cada uno y en la que cada vez más personas terceras deciden qué hacer con ellos o añaden otros nuevos.

En definitiva, los abnegados CIO vuelven a alejarse de los despachos del negocio porque explicar esta complejidad a un director general o financiero es difícil y si además va asociada a un constante incremento del presupuesto, provoca dejen de percibir la tecnología como un valor y sí como un coste irremediable.

El rendimiento: la clave del CPO

Como sector tractor y tecnológicamente en vanguardia, la banca ya está adelantándose en la resolución de este conflicto y ha optado por un concepto: el rendimiento. Para ello, confía en Orizon, una empresa española con una tecnología propia y única, y ya está instaurando la figura del CPO (Chief Performance Officer) en sus organizaciones.

¿Por qué el rendimiento? Porque disponer de él asegura que la infraestructura y el software del negocio funcionan correctamente con los costes debidos y presupuestados, que los tiempos de respuesta y la disponibilidad se cumplen y también los Acuerdos de Nivel de Servicio (ANS), un indicador capital dado el predominio de un modelo outsourcing en el que el precio prima sobre la calidad.

Pero el concepto de rendimiento va más allá, ya que también implica optimizar continuamente y eso significa eliminar sobrecostes y lograr ahorros. Además, integra a toda la cadena de la producción de software, incluidos terceros, ya que unos de los grandes problemas de las organizaciones es la baja calidad en su desarrollo.

Como sector tractor y tecnológicamente en vanguardia, la banca ya está adelantándose en la resolución de este conflicto y ha optado por un concepto: el rendimiento

En Orizon llevamos investigando el rendimiento desde hace más de una década y ello nos ha permitido crear una metodología y una tecnología, denominada BOA, únicas, capaces de vigilar ininterrumpidamente el funcionamiento de las aplicaciones, detectar problemas y proponer soluciones, y además bajo el concepto de comportamiento dinámico del software.

Esos años trabajando en torno al rendimiento también nos han proporcionado un conocimiento inigualable en esta materia. Ello, unido al alto grado de automatización de BOA, nos permite disponer, solo para empezar, de más de 60 algoritmos capaces de detectar y resolver de manera instantánea más de 40 causas de errores y mal rendimiento de sistemas que, suceden en el 100% de las instalaciones de las grandes empresas. Por ello, es realmente gratificante, poder demostrar, in situ, casi de manera instantánea, que el rendimiento ahorra millones y simplifica la gestión. Por lo tanto, ¿quién no quiere un CPO en su vida?

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