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Los semiconductores: el motor invisible del futuro tecnológico



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Por Laurent Perea, director general de Capgemini Engineering en España

Publicado el 17 feb 2025



Laurent Perea, Director General de Capgemini Engineering en España (1)
Laurent Perea, Director General de Capgemini Engineering en España

En un mundo cada vez más digitalizado, los semiconductores se han convertido en el elemento clave para impulsar la innovación tecnológica. Desde el auge de la inteligencia artificial (IA) hasta la adopción de dispositivos inteligentes y vehículos eléctricos, la demanda de chips especializados no solo va en aumento, sino que está transformando sectores enteros. Sin embargo, este crecimiento acelerado también plantea desafíos que la industria debe abordar con una combinación de creatividad, colaboración y sostenibilidad.

El auge de la IA en los semiconductores

El mercado de semiconductores, valorado en $527 mil millones en 2023, apunta a superar el billón de dólares para 2030. Esta evolución se explica en gran medida por el impacto transformador de la IA, que ha disparado la demanda de unidades de procesamiento gráfico (GPUs), unidades de procesamiento neuronal (NPUs) y chips personalizados. Estos componentes son esenciales para manejar el procesamiento intensivo de datos que requieren aplicaciones como el aprendizaje profundo y los modelos generativos.

En la actualidad, la industria no se encuentra exenta de retos. El diseño de semiconductores ha logrado alcanzar niveles de complejidad sin precedentes. Tecnologías como los diseños tridimensionales y los chiplets, diminutos circuitos integrados que pueden combinarse para crear componentes complejos, están permitiendo introducir más potencia en espacios más reducidos. En paralelo, la litografía ultravioleta extrema (EUV) consigue redefinir la fabricación con transistores de apenas 3 nanómetros. Todas estas innovaciones mejoran el rendimiento y contribuyen a la eficiencia energética y a la sostenibilidad.

Desafíos en la oferta y demanda de semiconductores

La adopción masiva de tecnologías basadas en IA y computación avanzada ha generado un crecimiento exponencial en la demanda de semiconductores. Sin embargo, mientras los fabricantes anticipan un aumento de 15% en la demanda en los próximos dos años, las industrias downstream2 proyectan un incremento cercano al 30%3. Este desajuste subraya la necesidad de un enfoque coordinado entre productores y consumidores.

No obstante, a pesar de estos avances, la “softwarización”, el desarrollo de chips base más estándar que pueden ser adaptados mediante software, sigue siendo un terreno difícil de monetizar. Esta transición es fundamental para prolongar la vida útil de los chips y adaptarse rápidamente a las necesidades del mercado, pero requiere modelos de negocio innovadores para capturar su verdadero valor.

La sostenibilidad es otro pilar fundamental para la industria. La producción de semiconductores es intensiva en recursos, y la industria debe predicar con el ejemplo al adoptar prácticas de manufactura ecológicas. Este tipo de prácticas como el reciclaje de agua, la reducción de productos químicos tóxicos y el uso de energías renovables, están ganando tracción; y las empresas ya han comenzado a adoptar medidas para reducir significativamente su huella de carbono, mientras que la introducción de diseños modulares de chiplets ha demostrado ser una solución eficiente y sostenible.

Asimismo, las cadenas de suministro enfrentan presiones inéditas debido a las tensiones geopolíticas y los problemas logísticos globales. La estrategia de “friendshoring”, que implica diversificar proveedores en países aliados, está cobrando relevancia como una forma de garantizar la estabilidad.

Claves para el futuro de la industria

La colaboración intersectorial ha demostrado ser una de las herramientas más eficaces para superar los desafíos. Así, las asociaciones entre gigantes tecnológicos y fabricantes de semiconductores están permitiendo acelerar el desarrollo de soluciones innovadoras. Por ejemplo, gracias a la formación de consorcios europeos tras la agrupación de empresas del sector para fortalecer la capacidad de manufactura del viejo continente, la dependencia de un solo territorio se ha visto notablemente reducida.

Además, la inversión en investigación y desarrollo sigue siendo prioritaria. Los gigantes tecnológicos destinan hoy en día miles de millones de dólares para avanzar en áreas como la computación neuromórfica y la integración avanzada de fotónica de silicio, que prometen revolucionar la forma en que se procesan los datos y se conectan los dispositivos.

En definitiva, el futuro de los semiconductores no solo depende de avances tecnológicos, sino también de cómo la industria responda a las demandas de sostenibilidad, adaptabilidad y colaboración. En este contexto, los líderes empresariales debemos adoptar una visión holística, integrando estrategias que impulsen la innovación mientras abordamos los retos globales. La capacidad de anticipar y adaptarse a las necesidades emergentes del mercado representa una ventaja competitiva, además de una responsabilidad compartida para construir un futuro más conectado, eficiente y sostenible. La historia de la industria de los semiconductores es, en esencia, una historia de reinvención constante. Hoy, esa reinvención está más viva que nunca.

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