Recién celebrados los comicios locales y autonómicos, nos hayamos a las puertas de unas nuevas Elecciones Generales tras las que tuvieron lugar en noviembre de 2019. Lo cierto es que nos vamos a encontrar, una vez más, ante los habituales enfrentamientos verbales destinados a minar la línea de flotación del adversario con improperios altisonantes y exabruptos de lo más exacerbados. De lo que de verdad interesa al ciudadano, no me espero nada de nada. Me refiero a esos temas de los que la sociedad depende en su conjunto como pueden ser la educación, la sanidad, el transporte y, por qué no decirlo, la digitalización. Ya me gustaría que la transformación y la innovación tuvieran su espacio protagonista durante las próximas semanas y, lógicamente, una vez que estuviera conformado el nuevo Gobierno.
No por ello, la situación del país en materia de desarrollo tecnológico está por debajo de nuestros vecinos europeos; con España Digital 2026 como hoja de ruta, España es el sexto país comunitario con mayor porcentaje de la población con competencias digitales básicas (en torno al 70%) y, en conectividad, es el tercer país con mayor implantación de banda ancha fija. Pero se hace necesaria una conjunción de medidas dirigidas al interés general; una política común que rubriquen las diferentes opciones ideológicas. Una quimera, al fin y al cabo. Las ofensas y dicterios, arropados por una buena dosis de agravios, predominan en las arengas políticas del momento, no para hablar precisamente de digitalización.
Se hace necesaria una conjunción de medidas dirigidas al interés general; una política común que rubriquen las diferentes opciones ideológicas
Lo que está por dirimir es cómo aumentar la inversión pública en I+D+i para que pase del 1,43% del PIB actual al deseado 2%; qué incentivos fiscales dar al emprendimiento y a los proyectos de investigación; o cómo elaborar una estrategia para digitalizar la Educación e impulsar las vocaciones STEM y las habilidades tecnológicas. Porque, además, la administración pública digital sigue siendo una asignatura pendiente y falta una visión integral en torno a la ciberseguridad. Solo el despliegue de las redes 5G, por su impacto mediático, engrosa algún que otro programa electoral. Confiemos en un cambio de ciclo y en que se produzca un mayor compromiso por la digitalización desde todo tipo de organismos públicos porque, como han ilustrado los recientes Premios Computing 2023, son muchas las organizaciones de todo tipo de sectores las que están dando pasos firmes y sin fisuras para sellar su transformación y digitalización.
