Cada cierto tiempo nos vemos inmersos en un proceso de revolución activado por el avance tecnológico.
Los primeros pasos de la inteligencia artificial supusieron una evolución en la mejora de los procesos de negocio, que ha tenido un impacto positivo en nuestro tejido empresarial.
Ahora, con la IA Generativa, nos encontramos ante una explosión de su ambición y uso.
Lo que hace este momento tan especial es la confluencia de tres avances tecnológicos que van a impactar significativamente en la forma en la que hacemos negocios: el lenguaje natural como interfaz, los servicios en la nube y la potencia del dato.
El mayor catalizador de este cambio probablemente sea su facilidad de adopción.
Los grandes impulsos de nuevas tecnologías vienen de un cambio en los interfaces de uso que amplían el público objetivo de las soluciones tecnológicas: la ruedecilla de Blackberry con el email móvil y la pantalla táctil y las apps con el uso del Internet en el móvil.
Eso es precisamente lo que el procesamiento del lenguaje natural y los asistentes de IA traen al mundo empresarial.
Hoy, para utilizar un sistema empresarial debemos ser expertos en su uso.
Con la introducción del lenguaje natural y los asistentes de IA, los usuarios serán capaces de interactuar de una manera mucho más ágil y sencilla. Ni siquiera hará falta iniciar sesión. Será suficiente con lanzar una pregunta en lenguaje natural.
Esto ampliará el número de usuarios y eliminará tareas, que serán absorbidas por las máquinas, permitiendo que la creatividad del trabajador se dedique a acciones de mayor valor.
Con la introducción del lenguaje natural y los asistentes de IA, los usuarios serán capaces de interactuar de una manera mucho más ágil
En segundo lugar, el despliegue de dichas soluciones en la nube, con entornos cada vez más estándar, permite a los fabricantes de software lanzar nuevas funcionalidades a sus soluciones de forma casi transparente.
Igual que el sistema operativo de nuestros móviles se actualiza cuando está conectado a una red de datos, los sistemas empresariales captarán todo el avance de la IA de una forma más simple, con procesos de despliegue en semanas o días.
Esto incrementará la capacidad de nuestras empresas de adoptar innovación, convirtiéndola en una ventaja competitiva al principio, y en una obligación para competir en el mercado en un futuro.
El CIO pasará de ser percibido como un gestor de las TI a verdadero gurú de la adopción de mejoras en el negocio.
El dato, en el centro
Y, por último, pero quizá el elemento fundamental para liberar todo el impacto de la IA, el dato estará en el centro de todo.
Su disponibilidad libera completamente el impacto de la IA en los negocios, pero el conocimiento del proceso empresarial en detalle, así como el contexto del dato, es lo que realmente permitirá captar todo su valor.
Pongamos un ejemplo; una compañía que gestiona proyectos y cuya plantilla está siendo contactada por la competencia con ofertas muy agresivas.
Seguro que querrá proteger a los empleados clave con subidas proactivas de sueldo, pero ¿cómo puede averiguar quiénes son?
ChatGPT tendrá una respuesta, pero al no disponer del contexto de negocio, no será válida.
Sin embargo, un asistente de IA conectado a los sistemas de gestión de proyectos y recursos humanos, con datos de calidad, podría identificar rápidamente los proyectos más importantes, los miembros del equipo clave y comparar su compensación con un benchmark de mercado.
Así, tendríamos toda la información para actuar sobre esa amenaza.
El conocimiento del proceso empresarial, del dato y su contexto nos permitirá actuar de forma simple sobre un problema complejo.
En definitiva, la confluencia de estos tres avances tecnológicos va a tener un impacto sensible en la forma de hacer negocios.
Siempre con un acercamiento ético y colaborando con partners que tengan en su ADN la protección de las personas y de los datos de sus clientes.
El potencial es ilimitado y hace de este momento algo especial y excitante del que el tejido empresarial español tiene que tomar ventaja.
