Hemos cerrado un año lleno de inestabilidad y conflictos que ha alterado enormemente la evolución pausada que requiere el contexto empresarial.
Pero esta situación no impide que los cambios tecnológicos sigan adelante y acelerándose a un ritmo vertiginoso.
Y si hay un cambio tecnológico que ha estado en boca de todos durante 2023 es, sin lugar a duda, el impacto de la inteligencia artificial y, más concretamente, de la inteligencia artificial generativa (GenAI).
Un impacto que afectará, en el corto y medio plazo, a la productividad, a la automatización de procesos y, como toda gran novedad, también podrá acarrear un ‘dark side’ que hay que prevenir para conocer sus posibles consecuencias.
La irrupción de la GenAI está comenzando con un fuerte impacto en la productividad individual por la utilización de soluciones como ChatGPT o los copilots de MS.
Después de la productividad vendrá la automatización de procesos, de forma flexible y más simple que los tediosos workflows actuales.
Irrumpirán en el mercado los ‘asistentes individuales’ y ‘asistentes empresariales’ -nuevas interfaces de usuario basadas en lenguaje natural que podrán ser utilizadas sin necesidad de conocimientos técnicos- que, integrados con miles de apps y con los sistemas transaccionales empresariales, serán la base del nuevo ‘digital core’.
Plataformas flexibles que, por primera vez y gracias a la IA, permitirán pasar de procesos lineales a procesos adaptativos, donde los asistentes podrán variar la lógica de tareas dentro de un marco que dé consistencia.
Por ello, el digital core seguirá siendo más necesario que nunca, tanto para una ejecución de procesos real como para garantizar los estados financieros de las compañías.
IA y ciberseguridad
Han pasado 50 años desde el lanzamiento del célebre álbum de Pink Floyd, ‘The Dark Side of the Moon’, y hoy podríamos decir que también podemos escuchar un lado oscuro de la IA.
Como toda nueva herramienta disruptora, la IA se está utilizando también con fines ilícitos y para acelerar los ataques cibernéticos. Por tanto, es fundamental ahondar en soluciones integrales de ciberseguridad corporativa.
Aunque la IA es ya una realidad, el entorno empresarial dista aún mucho de estar preparado para adoptarla.
Según Gartner, en EMEA, solo el 8% de las empresas tienen una estrategia de IA definida y el 38% no tiene siquiera planes para definir su estrategia de IA durante este 2024.
Asimismo, el 96% de las empresas no disponen de los datos preparados para una IA efectiva. Y si tus datos no están preparados para la IA… es que no estás listo para la IA.
Hoy podríamos decir que podemos escuchar un lado oscuro de la IA; como toda nueva herramienta disruptora, se está utilizando también con fines ilícitos y para acelerar los ataques cibernéticos
Por todo ello, es importante ser realistas y no generar una burbuja de falsas expectativas. Según Gartner, la GenAI pasará rápidamente de ser un factor competitivo en 2024 a ser un componente generalizado en 2027.
Entonces, ¿qué diferenciará a los líderes? La respuesta hay que encontrarla en la inversión en formación de los equipos profesionales que facilite una adopción de esta tecnología con toda su potencia.
Una vez más, será el talento el factor diferencial, ya que la experiencia técnica se volverá menos necesaria porque la interacción con las herramientas digitales se basará principalmente en indicaciones, mientras que el razonamiento, el pensamiento estratégico y la creatividad se convertirán en las competencias principales para los profesionales del futuro.
Ante este panorama, es importante hacer una llamada a la acción: crea tus principios básicos de IA; forma a tu equipo; adecua tus datos para la IA e implementa la seguridad necesaria.
Todo avanza muy rápido, pero la adopción será lenta si no se forma a las personas, se trabaja la resistencia al cambio y se humaniza la IA para evitar la sensación de temor.
La humanización de la IA no es solo necesario para un mayor retorno económico es, además, socialmente imprescindible para eliminar sesgos y avanzar hacia una sociedad responsable, más igualitaria y sostenible al multiplicar la inteligencia humana (IH).
El futuro se escribe en una ecuación: Futuro = IA + IH.