Entiendo su preocupación por satisfacer mis necesidades de usuario, que me ofrezca las mejores ofertas y me brinde la felicidad conociendo mi ubicación como cliente. Pero algo me hace sentir como si estuviera poseído por un mister jeckyll digital, que lleva una doble vida. Por las mañanas me levanto y me dice cuánto tráfico hay en mi zona. Sin que yo le haya comunicado, me ha dicho el tiempo que va a haber este miércoles en Londres. ¿Cómo diablos sabe que parto de viaje? ¿Será porque adquirí el billete online y puse mi dirección en alguna casilla que no recuerdo del formulario?
Pero hoy ha empezado a asustarme. Tras la ducha y el afeitado matutino, al consultar las noticias, un mensaje ha interrumpido mi lectura proponiéndome la mejor ruta para mi lugar de trabajo. Así que sabes dónde vivo y dónde está mi redacción. Pero lo inaudito es, según entro por la puerta de BPS, un mensaje me sorprende felicitándome por haber llegado a la oficina sin incidentes. Me estremezco. Sabe qué información busco, sabe de mis gustos musicales, mi pasión por los podcast de historia y de otros deseos inconfesables. Sabe por qué lugar me desplazo y si en el bar donde entro para tomar una caña, hay otra persona afín a mí, con mis mismos gustos y pasiones. Android sabe más de mí que mi mujer, que mis hijos, que yo mismo…Entonces me acuerdo de que la Inteligencia Artificial y machine learning están en plena efervescencia.
Entonces me acuerdo de que la Inteligencia Artificial y machine learning están en plena efervescencia
Nos hemos obsesionado en la mejora permanente de las máquinas, y cada día que te conectas, tanto WhatsApp, Facebook, Amazon, como Google han desarrollado algo nuevo que te enreda más en una red a la que es difícil sustraerte porque te facilita las tareas y te abisma hacia un universo mágico. Pero igual que la mosca en la telaraña, cuanto más te mueves, más prendido te encuentras y escapar ya no es suficiente. Sin embargo, observo a los humanos y no veo ningún impulso mayoritario por mejorarnos, de ser más eficientes, incluso van calando en la sociedad pensamientos retrógrados y de infantilización. La mayoría parece haberse estancado, atontados por un dispositivo que colma todas sus aspiraciones. Temo que la inteligencia se está traspasando a las máquinas y a los usuarios nos va conquistando la tontería.