Las perspectivas financieras de España han experimentado un serio varapalo después de que la semana pasada el FMI indicara que nuestro país va a retroceder hasta el puesto número 12, al analizar las economías mundiales, lejos ya de las previsiones para subirse al carro del G8. Junto a ello, otro dato ha lastrado las esperanzas: la economía española crecerá en 2011, pero por debajo del 1%, frente a las expectativas iniciales que auguraban una subida por encima de este dígito. Esta aproximación a la situación monetaria supone un serio revés que en nada beneficia el afán de recuperación que pervive desde hace un par de años.
Las cifras que brotan día a día desde diferentes fuentes subrayan este escenario, afectando a la mayor parte de los sectores de actividad. La propia patronal Asimelecha dado a conocer uno de sus últimos informes a la espera de materializarse la fusión con Aetic, el cual emitía resultados más a corto plazo para este año 2010; dicho estudio revelaba que las Tecnologías de la Información descenderán en un 3,5% mostrando un panorama continuista de desaceleración. Habrá quien vea signos de optimismo al alegar que en 2009 la bajada fue superior -en ese caso fue del 9%-, aunque ello no debe escatimar el impacto nocivo que tienen estos números en el negocio.
Mientras tanto, la empresa tecnológica que más factura en España, como es HP, alienta el panorama tras anunciar que incrementará su facturación durante el ejercicio que finaliza dentro de un par de semanas; todo un logro teniendo en cuenta las estimaciones provenientes desde las patronales. Quizás el ejemplo de HP sirva para dinamizar la industria y marque el terreno a seguir, o quizás simplemente actúe como motor que arrastre al resto, o quizás sea un oasis circunstancial que derive en un espejismo. La confirmación de la evolución del sector TIC la veremos en unos meses, con ilusión pero también con escepticismo.
Y queda la demanda. Productividad, optimización, alineamiento con el negocio, cloud,…son términos que marcan las líneas estratégicas para los directivos de las empresas usuarias. Tienen que innovar, pero la cruda realidad es que los presupuestos menguan. Queda por ver la respuesta, que vendrá cuando se consideren las TIC como estímulo para el crecimiento económico y se asiente esta máxima como tendencia a seguir durante los próximos años.