En un panorama dominado por incertidumbres geopolíticas, conflictos e inestabilidad económica, la tecnología surge como una oportunidad para volver a la senda de la prosperidad y como un medio para afrontar los desafíos más urgentes a nivel social.
Uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos a nivel global es el cambio climático. Se prevé que en 2050 cerca de mil doscientos millones de personas se encuentren desplazadas por esta realidad, y que los ecosistemas que son esenciales tanto para la prosperidad del planeta como para los medios de vida de la población sigan deteriorándose. El desafío es grande, pero tal como hemos aprendido con la pandemia, cuando nos implicamos en un problema global, la tecnología agiliza el camino hacia las soluciones.
El sector tecnológico cuenta con la capacidad necesaria para asumir estos retos y generar un impacto positivo. En estos momentos, las tecnologías emergentes están madurando y dando lugar a innovaciones cruciales que aportan esperanza justo cuando más la necesitamos. Así, estamos siendo capaces de transformar la sanidad a través de la IA. Igualmente, la computación perimetral está destapando todo el potencial del IoT en labores relacionadas con la monitorización del medio ambiente y la modelización climática, el transporte y la gestión de recursos sostenibles. Gracias al despliegue de la conectividad 5G en muchos países, las posibilidades son realmente infinitas, en especial cuando se basan en los sólidos pilares de la ciberresiliencia y el almacenamiento de datos a través de una infraestructura multicloud.
Sostenibilidad y digitalización
En Dell Technologies trabajamos mano a mano con administraciones públicas y con organizaciones privadas a fin de garantizar que la tecnología sea el eje principal para hacer frente a estos desafíos. En esta tarea, centramos nuestro trabajo en la consecución de un equilibrio entre sostenibilidad y digitalización a la hora de levantar los cimientos de la infraestructura del futuro. Esta estrategia se plasma, por ejemplo, en una iniciativa que hemos llamado ‘Concept Luna’, en la que experimentamos con ideas que en estos momentos resultan revolucionarias para lograr que los componentes de nuestras soluciones sean accesibles, reemplazables y reutilizables, se limite el consumo de recursos y se introduzcan más materiales en la economía circular. Si todas las ideas de Concept Luna se materializan, podríamos esperar una reducción del 50% de la huella de carbono en cada producto.
Por otra parte, más allá del diseño y producción de soluciones concretas, un estudio global reciente revela que el 76% de los responsables de tecnología de todo el mundo afirma que sus departamentos sufren una carencia de habilidades. Aunque unos años antes, en 2019, este porcentaje era del 79%, la mejora sigue siendo insuficiente para poder mantener el ritmo de las economías transformadas digitalmente del futuro.
Como industria, las empresas de tecnología somos responsables de reducir esa carencia de capacidades, pero no podemos hacerlo solas, ya que la innovación depende del progreso humano. El progreso humano es fundamental para el progreso digital, y por ello, debemos asegurar que las competencias y capacidades de las personas se desarrollan y evolucionan al mismo ritmo que la tecnología, y este objetivo solo se puede conseguir desde la educación infantil.
La colaboración y la confianza de ciudadanos, gobiernos y organizaciones privadas, resulta clave
Para alcanzar este fin es esencial que los sectores público y privado se comprometan a colaborar a largo plazo en el incremento de las competencias digitales y de la infraestructura tecnológica. Esto supone maximizar el potencial de la tecnología mediante la adopción de 5G, IA y edge computing a partir de unas soluciones sólidas que garanticen que estamos preparados para las economías del futuro.
A medida que ponemos el punto de mira en una nueva era de crecimiento, la colaboración y la confianza de ciudadanos, gobiernos y organizaciones privadas, resulta clave. Solo trabajando unidos podremos convertir el progreso en realidad y lograr una economía principalmente digital, sostenible e inclusiva. Nos encontramos en un punto de inflexión en el que necesitamos soluciones digitales para avanzar y prosperar y profesionales digitales preparados para implantarlas. Es un momento crítico que debemos aprovechar.
