OPINIÓN

Cambio de ciclo para la industria IT: de migrar a optimizar



Dirección copiada

Encontramos tecnológicas de dos velocidades, las que no encuentran ahora financiación o no se sostienen a causa de la subida de tipos, y las que siguen creciendo, a pulmón o a base de crecimiento inorgánico

Artículo publicado el 27 jun 2023



Working on laptop computer
Casual business man hand, hipster, freelance browsing internet, typing on keyboard, busy working on laptop computer, online working concept, close up, backlit, dark tone

Es la hora de la verdad de las tecnológicas. La incertidumbre económica mundial está sirviendo para diferenciar a aquellas compañías que han crecido por hacerse esenciales en la sociedad y las que solo han aprovechado los vientos favorables pero efímeros de la transformación digital, los fondos europeos o el trabajo en remoto, entre otros. Por eso encontramos tecnológicas de dos velocidades. Las que no encuentran ahora financiación o no se sostienen a causa de la subida de tipos, y las que siguen creciendo, a pulmón o a base de crecimiento inorgánico. Por este motivo se da la paradoja de que hay tecnológicas que despiden, y otras que no encuentran profesionales cualificados.

Estamos en un cambio de ciclo. Un informe de la consultora IDC apunta una caída de 13 puntos en el gasto en infraestructuras ‘cloud’ durante este año. A pesar de que se alcanzarán los 93.700 millones de dólares en este tipo de inversiones en todo el planeta, esta cantidad solo representa un aumento del 6,9% frente a 2022. Un dato que se aleja del incremento a doble dígito del año pasado, cuando la inversión en infraestructura en la nube se elevó hasta el 19,4%.

Si bien el boom inicial de la digitalización parece haber quedado atrás, la necesidad de seguir madurando capacidades sigue siendo clave para el crecimiento del negocio. La ‘I Radiografía Europea de la Inversión SaaS’ de la firma Sastrify concluye que las grandes empresas europeas hacen uso de hasta 96 herramientas en la nube de media al día. Esto hace del gasto en ‘cloud’ uno de los más pronunciados del presupuesto destinado a IT. De hecho, este informe señala que la contratación de proveedores como AWS, Microsoft Azure o Google Cloud supone el mayor gasto SaaS para el 45% de las empresas. Una cuota superior que la de las herramientas de oficina, como Microsoft365 o Google Workspace (20%), y que la de los CRM, como Salesforce o Hubspot (14%).

Con este telón de fondo, el gran rompecabezas a resolver en este momento de mercado es compatibilizar la vigencia de los entornos ‘cloud’ o híbridos y, a la vez optimizar la inversión que las empresas hacen para obtener valor de sus datos. En este sentido, las empresas del sector IT ya no pueden fundamentar sus estrategias exclusivamente en seguir implementando más y más proyectos de migración de infraestructuras de datos. Principalmente porque hemos alcanzado el punto en el que la mayor parte de las empresas competitivas ya han dado este paso.

Atrás queda la época en la que subirse al tren de la explotación del dato representaba por sí misma una respuesta innovadora al reto de la transformación digital. El verdadero valor que ahora van a proporcionar las empresas de IT está en mantener las plataformas de datos totalmente operativas y al servicio del negocio. Es decir, hacer eficiente la infraestructura para convertirla realmente en una clave competitiva.

Es normal que en este proceso de optimización muchos modelos hayan quedado obsoletos, estén comprometidos por sistemas heredados o simplemente hayan dejado de dar respuesta a las necesidades de sus usuarios. No obstante, en estos casos la migración a otra tecnología no puede ser la única opción. Sería como optar sistemáticamente por comprar un coche nuevo cada vez que hay una avería, aunque se trate de cambiar el aceite o de arreglar una rueda pinchada.

Siguiendo con este paralelismo, el sector de IT ha vivido de una cierta ruptura del parque automovilístico, pero ahora toca pasar por el taller. Muchas compañías han sido capaces de desplegar migraciones masivas, impulsadas por fondos de digitalización y por el “momentum” de la transformación digital. Sin embargo, ahora es cuando los consultores tienen que acompañar a las organizaciones en la adaptación de las tecnologías conforme a sus necesidades cambiantes. Un nuevo ciclo que hace más relevante el rol del mecánico frente al vendedor del concesionario.

CDOs y la “escolta del dato”

En los proyectos de explotación del dato, se hace necesario un acompañamiento integral de las necesidades del cliente que podríamos llamar “escolta del dato”. Un modelo colaborativo que pone todo el conocimiento de una organización experta a disposición del proyecto, para resolver todos sus desafíos tecnológicos y asegurar que su infraestructura tecnológica es siempre capaz de responder lo que se espera de ella.

De hecho, todas las empresas cuyo negocio depende del dato, y me atrevería a decir que son prácticamente todas y de todas las industrias, deberían contar con este tipo de asistencia. En este sentido, hay importantes ejercicios en la empresa española donde vemos cada vez más la figura del Chief Data Officer (CDO), o incluso en la Administración, que ha dado pasos creando la oficina del dato y nombrando a un CDO para ejercer la responsabilidad de velar por la estrategia de datos en el Gobierno de España.

Son estos perfiles cualificados los que mejor van a medir la efectividad de su estrategia y los más sensibles a entender la validez de su tecnología. Y, sobre todo, son los que realmente van a valorar sentirse acompañados por empresas que no están obsesionadas con colocar su tecnología, sino cuyo objetivo es resolver un problema.

Y es que la mejor infraestructura de IT, sea en la nube, on premise o híbrida, no es necesariamente la más novedosa. Ni tampoco tiene que ser la que incorpora las últimas funcionalidades. Es simplemente la que resuelve la necesidad de la organización. Y si las necesidades cambian y las tecnologías evolucionan, parece lógico que haya que actualizar cualquier infraestructura tecnológica empresarial. Y esto no debe ser un proceso reactivo ni puntual. Es una tarea constante, proactiva y periódica. Bienvenidos a la era de la escolta en las soluciones de IT.

Artículos relacionados