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Cómo salvaguardar la identidad de la empresa



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La protección de la marca busca salvaguardar a la empresa de los ataques directos e indirectos a su reputación, y que pueden ocasionar un gran impacto en la percepción de la marca, las ventas o la confianza del consumidor

Publicado el 25 jun 2024



Reputacion

Reputación de marca

Mantener la reputación de una marca frente a actividades que puedan dañar a la empresa, tanto en el ámbito físico como en el digital, es vital para el éxito del negocio. Por ello, ReeVo Cloud & Cyber Security, se presenta como una Caja Fuerte Digital, proporcionando una gama de consejos y prácticas recomendadas para que las empresas puedan operar con seguridad.

Por definición, el término “protección de marca” comprende una serie de estrategias, tácticas y acciones diseñadas para proteger a la empresa de ataques que puedan causar un daño significativo a la percepción de la marca, las ventas o la confianza del consumidor. De ahí surge la importancia de implementar medidas preventivas y correctivas.

Sin embargo, proteger la marca no significa hacerlo exclusivamente de los ataques directos, como la falsificación de productos o la utilización engañosa de la misma, tanto en el mundo físico como digital. La reputación puede verse afectada por factores externos como una violación de datos, que al hacerse pública trastorna la relación de la empresa con su ecosistema de socios y clientes, o por su escasa habilidad para gestionar los ciberataques, lo que merma su capacidad de respuesta y ralentiza la reanudación de la actividad.

Cómo proteger la marca

Considerando la variedad de amenazas, el desarrollo de estrategias y acciones para proteger la marca necesita una perspectiva sistémica, así como la realización de actividades concretas que la empresa pueda llevar a cabo por sí misma o mediante la colaboración de socios especializados.

En primer lugar, es esencial mantener una estrategia de vigilancia permanente para, en el caso de detectar infracciones, (por ejemplo, falsificaciones), ofrecer una respuesta legal y/o técnica en consonancia. Fundamental es, además, la rápida comunicación al exterior. Históricamente, se han dado situaciones en las que la propia conducta corporativa, como el escándalo Dieselgate, han tenido un impacto dramático en el prestigio de la marca. En estos casos, es crucial poner en marcha una estrategia articulada de regeneración de la misma.

Sin embargo, como se ha mencionado, la protección de la marca incluye también la defensa contra ataques a los sistemas de información y a los activos digitales que la empresa utiliza para llevar a cabo sus operaciones.

Para proteger estos recursos, diversas organizaciones, especialmente en el sector financiero, implementan estrategias concretas. Por ejemplo, para resguardar a sus usuarios finales del phishing, numerosos entes financieros emplean métodos de defensa combinados, tales como la autenticación biométrica multifactor, junto con una comunicación constante con sus clientes para informarles sobre las distintas tácticas que utilizan los criminales.

Otras empresas, por su parte, han emprendido labores de comunicación y concienciación a nivel interno, a fin de que sus empleados tengan constancia de los peligros y el daño que una violación de seguridad puede causar sobre la marca. Los métodos más utilizados son cursos, píldoras de formación, ataques simulados o pruebas de gamificación.

Prevención y remedio, factores claves

No obstante, y pese a las labores preventivas, ninguna empresa está a salvo. Es por eso que, si se produce un incidente de robo y sustracción de datos, la protección de la marca debe activarse.

“Lo idóneo sería combinar un enfoque preventivo con procesos diseñados para gestionar adecuadamente los incidentes que ya se han producido. Es muy importante no olvidar que, al margen de la protección de la marca, mantener los datos a salvo implica el cumplimiento de regulaciones, como RGPD, SOX, PCI, HIPAA y muchas más”, afirma Alan Vázquez, Sales and Channel Account Manager, ReeVo Cloud & Cyber Security.

En este caso, la protección de la marca se asegurará mediante la recopilación y gestión legal de datos personales, y a través de actividades, procesos y estrategias que refuercen la seguridad corporativa. Esto incluye técnicas de prevención de amenazas cibernéticas que no solo analizan la situación de los sistemas internos, sino que también monitorean la información corporativa accesible para los ciberdelincuentes en la Deep y Dark Web, cuya existencia frecuentemente se desconoce.

De forma adicional, una cuidada defensa de la marca deberá incluir el análisis previo de todo el ecosistema de la propia cadena de valor (proveedores y socios comerciales), con el fin de instaurar un adecuado clima de confianza.

Un servicio de Cyber Threat Intelligence que se integra en un servicio SOC H24/7 puede ofrecer una supervisión continua de los niveles de riesgo y de cualquier incremento, comprobando recursos como la Deep Web y la Dark Web en lugar de otras fuentes, para ver si ha habido algún compromiso relacionado con quién ha sido atacado, sea la empresa o cualquier de sus proveedores y socios comerciales.

“Se retoma así la importancia de la concienciación en materia de seguridad, del uso generalizado de la criptografía o de la inteligencia de ciberamenazas, los sistemas de acceso y protección de datos y la recopilación y monitorización de registros. Y, sobre todo, de la capacidad de identificar en ecosistemas digitales cada vez más complejos, amenazas reales y efectivas que puedan afectar al funcionamiento del negocio y, por ende, a la identidad empresarial”, añade Alan Vázquez.

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