Con una nueva estructura tras la reciente reorganización de las unidades de negocio llevada a cabo el pasado mes de julio, los primeros resultados de Microsoft se esperaban con gran interés. En líneas generales, su primer trimestre de año ha ido bien, -de hecho ha superado las expectativas de Wall Street-, gracias, entre otros factores, a unas excelentes ventas de sus productos para empresas, incluyendo Office, y Xbox.
En conjunto, Microsoft ha obtenido una facturación trimestral de 18.530 millones de dólares, -un 7% más que hace un año-, que le han dejado unos beneficios netos de 5.240 millones. Los analistas estimaban unos ingresos de 17.790 millones de dólares.
La valoración de estas cifras por parte de Steve Ballmer, todavía CEO de Microsoft hasta que se encuentre un sustituto, es que los nuevos servicios comerciales de la compañía “nos ayudarán a crecer aún más en el mercado empresarial”, y añade que han observado bastante entusiasmo entre los consumidores para Xbox One, Surface y los dispositivos con Windows 8.1.
Lo cierto es que para Xbox no tenemos dudas de este entusiasmo, pero no así con Surface y Windows 8 pues las ventas de Windows han caído un 7% y los ingresos de Surface han sido de 400 millones de dólares. En total, la división de consumo y dispositivos ha aportado un negocio de 7.460 millones, más de un 4% con respecto al mismo periodo del año pasado.
