Malos tiempos para la lírica de las telecomunicaciones

Al igual que el título de la canción del grupo vigués, Golpes Bajos, no corren buenos tiempos para la industria de las telecomunicaciones. Empresas como BT, Alcatel, Cisco, Motorola o Nokia están percibiendo cómo la situación de crisis que impera en todos los sectores está contribuyendo a colorear sus cuentas de resultados en rojo.

Publicado el 02 Mar 2009

Motorola, por ejemplo, es una de las compañías que más ha aumentado su sufrimiento. Acaba de predecir que en su primer trimestre de año tendrá unas pérdidas mayores de lo que los analistas esperan, justo en plena dimisión de su director financiero, que tras un año en el cargo lo ha abandonado sin ninguna explicación.
Además, a mediados de enero, Motorola anunciaba que suprimiría 4.000 puestos de trabajo más, -esto es el seis por ciento de su fuerza laboral-, principalmente en el negocio de los dispositivos móviles. Este recorte se une a los 3.000 empleos que la compañía anunció que eliminaría como parte de un plan de restructuración en octubre del año pasado.
En concreto, la compañía norteamericana prevé, en este primer trimestre de año, una pérdida de 10 a 12 centavos por acción cuando Wall Street teme que ésta sea de seis centavos. Merma que se sumará a la deuda de 3.600 millones de dólares que ha acumulado en su cuarto trimestre, finalizado el 31 de diciembre, tras haber experimentado una caída de sus ventas del 26,8 por ciento hasta los 7.100 millones.
Igualmente, Nokia también se está viendo lastrado por la incertidumbre económica. El mayor fabricante de terminales móviles ha decidido paralizar la producción en una de sus fábricas clave en Salo, Finlandia, y despedir temporalmente de un 20 a un 30 por ciento de los 2.500 empleados de dicha planta sobre una base rotacional. También cerrará su centro de I+D en la localidad finlandesa de Jyvaskyla donde actualmente trabajan 320 personas. Una disposición que viene marcada por sus previsiones de que la industria de la telefonía móvil disminuirá un diez por ciento en 2009, y por el objetivo de conseguir un ahorro de 905 millones de dólares a finales de 2010.
En cuanto a los fabricantes de equipamiento de telecomunicaciones, Alcatel-Lucent es uno de los proveedores que anda a trancas y barrancas, cuya capitalización ha caído un 80 por ciento desde que tuvo lugar la unión entre la francesa Alcatel y la americana Lucent Technologies en 2006. Sin embargo, a pesar de su depreciación, la compañía ha reiterado su hoja de ruta para 2009 y confía en entrar en beneficios en 2010 con un margen bruto del 35 por ciento al vender la participación de Alcatel de 1.600 millones de euros a Thales, y aprovecharse de la delicada situación financiera de su rival Nortel Networks.
Con todo, en su cuarto trimestre de año, cerrado el 31 de diciembre de 2008, Alcatel-Lucent ha registrado unas pérdidas de 3.900 millones de euros, debido según su nuevo jefe ejecutivo, Ben Verwaayen, a una depreciación también de 3.900 millones de los activos intangibles de la compañía.
Cisco Systems, por su parte, también está viendo disminuir sus ingresos, una reducción que le ha llevado a emprender un plan de reestructuración que puede llevarle a recortar hasta 2.000 empleos si su debilidad económica persiste. John Chambers, consejero delegado de la compañía, ha comunicado que espera registrar en su actual tercer trimestre una caída de su facturación del 15 al 20 por ciento con respecto al año anterior una vez comprobada que las ventas procedentes de los mercados emergentes también han bajado, en este caso un 11 por ciento en su segundo trimestre finalizado el 24 de enero.
Por último, y desde la perspectiva de las operadoras de telecomunicaciones, BT, por ejemplo, que acaba de publicar los resultados de su tercer trimestre fiscal, tampoco está atravesando buenos tiempos. Un 81 por ciento es lo que ha disminuido su beneficio hasta los 126 millones de euros tras haber facturado más de 6.000 millones, la verdad un cinco por ciento más que hace un año. Esta contracción de sus ganancias se debe a los problemas de su división de Global Services que acumula unas pérdidas de 558,7 millones de euros.

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Redacción

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