Las empresas aún desconocen los riesgos asociados al uso de memorias USB. Esas son las principales conclusiones del estudio conducido por Kingston, la firma especializada en el mercado de memorias USB. De acuerdo a este informe, el 48% de las empresas españolas han perdido memorias en el entorno laboral lo que supone un importante riesgo tanto de filtración como de robo de datos. Teniendo en cuenta que el 63% de las empresas españolas cuentan con más de USB en uso de forma simultánea, la situación es más que complicada. Esta problemática podría resolverse a través del uso de unidades encriptadas por hardware, según Kingston, “lo que elevaría los estándares de calidad de las empresas”.
La oferta propuesta por Kingston para dar respuesta a la demanda de mayor protección está encabezada por la familia de unidades USB cifradas DataTraveler 2000 que ha añadido capacidades de 4GB y 8GB a su familia de unidades USB y que se unen a los modelos ya existentes de 16GB, 32GB y 64GB.
“Las unidades de menor capacidad limitan la cantidad de datos que se pueden copiar de una red, lo que hace más difícil transferir grandes cantidades de datos confidenciales a partes no autorizadas en caso de que la unidad se pierda o caiga en manos equivocadas”, aseguró al respecto Pedro González, desarrollador de negocio de Kingston en España, alerta sobre esta coyuntura, ahora que además es necesario proteger los datos por la entrada en vigor del GDPR.
De momento un 50% de las empresas han planificado incrementar sus esfuerzos para ajustarse a las demandas del nuevo reglamento de protección de datos. Aún así desde Kingston aseguran que el departamento de TI puede desarrollar más funciones que las de meros mecánicos. “Podemos lanzar una campaña de concienciación para los empleados, acompañado por un programa de formación que ayude a manejar diversas herramientas de seguridad”.