Las ventas del gigante Intel son un buen termómetro para saber cómo va la industria tecnológica, puesto que sus chips gobiernan casi todos los ordenadores del planeta, y también los servidores que hay instalado en la mayoría de centros de datos de las empresas. En el tercer trimestre del año, Intel ha reportado unos ingresos totales 19.200 millones de dólares, su mejor marca trimestral de la historia, y un 19% más que en el mismo periodo de 2017. Las ganancias netas del fabricante llegaron en el periodo a los 6.400 millones de dólares, un 42% más que un año antes.
El negocio de centro de datos creció nada menos que un 26%, tirando, como en otras ocasiones, de los números de toda la corporación. Las ventas de chips a los CPD reportaron al fabricante 6.100 millones de dólares. Por su parte, los ingresos alrededor de la venta de chips y equipamiento para PC subieron un 16%, lo que contrasta con lo que ha pasado en los últimos años en esta área, donde los retrocesos y los incrementos mínimos han sido la norma.
Tirón de la demanda profesional y de gaming
El PC, según la nota de resultados de Intel, ha tenido un repunte gracias al tirón de la demanda de equipos para oficinas y de los equipos para gaming. En términos de negocio, la familia de chips para ordenadores dejaron a las arcas de Intel entre julio y septiembre 10.200 millones de dólares. Por otro lado, el negocio de dispositivos para IoT creció un 8%, hasta los 919 millones de dólares, mientras que el de memorias alcanzó los 1.100 millones, un 21% más.
Bob Swan, director financiero de Intel y CEO interino desde la dimisión forzada de Brian Krzanich por mantener una relación con una exempleada, ha intentado despejar las dudas que se cernían sobre la compañía sobre su capacidad para cumplir con la demanda de chips a finales de año. En todo el año, Intel espera superar los 71.000 millones de dólares de negocio.