España no atrae a la inversión extranjera

El retorno fiscal de la inversión en i+d penaliza a nuestro país como receptor de inversión extranjera.

Publicado el 06 Mar 2013

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Alma CG ha puesto de relieve la desventaja en la que se encuentra España con respecto a otros países europeos, en cuanto a la capacidad de atraer inversión extranjera directa (IED) para reconstruir el tejido empresarial.

En un momento en el que asistimos a una destrucción casi imparable de proyectos empresariales y a la expulsión del mercado de trabajo nacional de mano de obra altamente cualificada, la capacidad de atraer inversión extranjera directa (IED) es contemplada por los gobiernos de todos los países, como elemento fundamental para remontar la economía. Este interés se encuentra tanto más acentuado cuanto mayor sea el valor añadido generado en las actividades que se localicen en el país.

Aitor Veiga, director de Consultoría Innovación en Alma CG, lo explica como sigue: “la selección del emplazamiento geográfico por parte de una entidad multinacional para la realización de actividades de I+D, es el resultado de un complejo análisis multifactorial, en el que influyen las diferentes estrategias de la casa matriz, el potencial de la filial y las características del país receptor. Dentro de este último grupo se incluyen factores como la dotación en infraestructuras de soporte de las actividades de I+D, el sistema legal de protección de la propiedad intelectual y los incentivos financieros y fiscales, entre otros”.

En las últimas décadas, los procesos de integración y convergencia experimentados en el ámbito europeo han conllevado, para la mayor parte de los factores determinantes de la capacidad de atracción de IED, una homogeneización que limita la existencia de diferenciales entre países europeos. No obstante, la falta de una integración fiscal en el ámbito europeo permite a cada gobierno la aplicación, dentro del marco jurídico comunitario, de políticas incentivadoras de la realización de actividades de I+D en sus respectivos países.

La aplicación de estas políticas se lleva a cabo mediante la creación de instrumentos que adoptan, en la mayor parte de los países, la figura de crédito de impuesto y de bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social. Pero dentro de los grados de libertad que el marco comunitario permite a los legisladores, cada país puede establecer una configuración muy particular de estos instrumentos fiscales. Esta circunstancia conlleva, en la práctica, la existencia de diferenciales en los beneficios fiscales obtenidos por las empresas entre diferentes países, aspecto éste que son valorados por las multinacionales en el proceso de selección del emplazamiento de las actividades de I+D.

Como ejemplo del diferencial que se puede obtener como consecuencia de la diversa configuración de los incentivos fiscales a la I+D, prosiguió Aitor Veiga, podemos ver en la siguiente Tabla el retorno fiscal que obtiene el sector privado de su inversión en I+D, para cuatro países europeos.

País España Francia Holanda Bélgica
Gasto privado en I+D (*) 7.396 28.496 6.416 5.072
Gasto privado en I+D+i (*) (**) 14.756 28.496 6.416 5.072
Presupuesto de beneficios fiscales (*) 222 5.000 1.085 555
Retorno fiscal (Beneficio Fiscal/Inversión en I+D+i) 2% 18% 17% 11%

(*) Datos en millones de euros
(**) El concepto de innovación (i) solo se considera hasta el momento en el sistema fiscal español.
Fuente: Elaboración Propia a partir de datos de Eurostat y Leyes de Presupuestos Generales de los diferentes países, para el ejercicio 2011.

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Redacción TICPymes

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