Treinta y cinco millones de dólares adicionales a los ofrecidos en una primera propuesta es lo que le ha costado a EMC finalmente la adquisición de Iomega, hasta alcanzar los 213 millones. Y es que, tras dos intentos infructuosos de compra –hace unos meses la proposición fue de 178 millones, seguido de una segunda oferta de 205 millones que no acababa de convencer a los accionistas-, se consiguió hace unos días llegar a un acuerdo definitivo, que acabará de completarse previsiblemente el próximo mes de junio.
La suma de los productos, la marca, el curso en el mercado y la experiencia en el sector del almacenamiento de Iomega servirá para “expandir nuestra capacidad de gestión y almacenamiento de la información, introduciéndonos más en los mercados en auge del consumidor y las pequeñas empresas”, aseguró Joe Tucci, director, presidente y director ejecutivo de EMC. Cuando se complete la adquisición, Iomega constituirá el núcleo de la nueva división de Productos de Consumo/Pequeñas Empresas de EMC, que estará bajo el mandato de Jonathan Huberman y bajo las órdenes de Joel Schwartz, vicepresidente ejecutivo y director general de EMC Storage Platforms. Bajo el paraguas de esta nueva división se englobará también el software de EMC Retrospect y EMC LifeLine.