Aunque no tan rápidamente como inicialmente se esperaba, las redes LTE (Long Term Evolution) siguen ganando terreno y su avance se hará sentir verdaderamente en 2012.
Este año y de acuerdo con el último análisis “Worldwide Cellular User Forecasts: 2012-2017” de Strategy Analytics, el volumen de conexiones a través de esta tecnología se multiplicará por nueve, alcanzando los 90 millones al final del año.
“Con el empuje de los smartphones LTE más allá de sus mercados nucleares más tempranos como EEUU, Corea del Sur y Japón, está tecnología está llamada a experimentar una rápida progresión”, constata la consultora, que prevé que las conexiones LTE alcancen la cifra de 1.000 millones en 2017.
La tecnología LTE, que ya cuenta con el soporte de los principales operadores globales en el proceso de actualización 4G, mejora la eficiencia de los costes de los servicios móviles de datos. De hecho, LTE representará el 15% del total de conexiones móviles en 2017, adquiriendo el privilegio de ser la tecnología de comunicaciones de más rápida trayectoria.
Como recuerdan desde Strategy Analytics, GSM tardó 12 años en alcanzar los 1.000 millones de conexiones y WCDMA requería de al menos 11 años para registrar ese hito, que en el caso de LTE se conseguirá en siete años.
El director del servicio de Estrategias de Operadores Inalámbricos de Strategy Analytics, Phil Kendall, reconoce que “ha sido necesario tiempo para que la tecnología calentara motores, pero el apoyo de los operadores a LTE ha mejora significativamente en el último año”.
La eficiencia en los costes que promete LTE se configura como una de sus principales bazas. “La carrera de los operadores móviles pasa por la reducción del coste por Gb a fin de compensar la caída de los ingresos por Gb”, recuerda la analista de la consultora, Sue Rudd, para manifestar que “LTE es uno de las herramientas clave para conseguir esta mejora”.
LTE juega con ventaja. Y es que esta tecnología arranca en un momento en el que existen más de 6.000 millones de conexiones móviles a nivel global, una cifra que en el momento del arranque de WCDMA era inferior a los 1.000 millones.