Una España sostenible: todos los caminos llevan a la industria

Por Renato Del Bino, Director General de la Fundación I+E Innovación España.

Publicado el 13 Feb 2019

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En otro tiempo y en otra era, se decía que todos los caminos llevaban a Roma. En la era que llamamos de la Cuarta Revolución Industrial, todos los caminos llevan a la industria. Cualquier plan que tracemos para avanzar en la sostenibilidad del modelo productivo y la consolidación de un verdadero estado del bienestar, debe contemplar el fortalecimiento y modernización del tejido industrial. El mundo asiste a trascendentales cambios, y en esta decisiva tesitura, España está ante la impagable oportunidad de no quedarse atrás. Pero decía Galileo Galilei que “la mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo”. Y es evidente que en España tenemos importantes desafíos y necesitamos allanar no pocos caminos. El peso de la industria en nuestra economía ha venido reduciéndose desde el 34% del PIB que representaba en los años 70 hasta el 13% que representa hoy. En la última década se ha acentuado esta tendencia, con el cierre de más de 40.000 empresas industriales, el 17% del tejido empresarial. Y otro camino tortuoso es el de la competitividad industrial. Un reciente estudio de Funcas señala que, entre 2013 y 2017, nuestra productividad ha crecido la mitad en comparación con las empresas europeas.

Con todo, la industria sigue generando el 50% del empleo cualificado y aporta el 45% de la inversión en I+D que se realiza en España -con especial mención a las empresas del sector TIC, que realizan un 15,7% del total-. Hablamos de un sector más permeable que otros a los ciclos económicos y que ejerce un efecto multiplicador sobre el resto de la economía: cada euro invertido se traduce en 1,61 euros de aportación al PIB. A nivel mundial, la industria representa el 16% del PIB, el 70% del comercio global y tres cuartas partes de la I+D empresarial. Según la OCDE, en cinco de los diez países más competitivos del mundo, el peso de su PIB industrial supera el 20%. Ese porcentaje es, precisamente, el que nos marca la UE como objetivo. Un objetivo que es de todos y debería ser prioritario. Este año hemos asistido a la recuperación del Ministerio de Industria como tal, celebrada desde muy distintos ámbitos de la esfera empresarial y económica. Pero no bastará este prometedor gesto. Lo que necesitamos a continuación es una política industrial decidida, que cuente con la colaboración activa de todos los actores involucrados. Asimismo, hemos recibido de buen grado la creación de un ministerio específico de Ciencia e Innovación, que engloba en su misión la universidad. Y que la educación merezca un ministerio propio, en el que además se otorga protagonismo a la formación profesional. Porque, como hemos sugerido, a una industria moderna e innovadora se llega por varios caminos.

Pero si acudimos a la industria, solo el 10% de las empresas tienen agenda digital

Momento de actuar

Pero debemos encontrarlos, y una vez detectada la ruta y sus conexiones, avanzar. La Fundación I+E y Deusto Business School hemos colaborado este año en la elaboración del documento IDEAS (Iniciativas para el Desarrollo de una España Avanzada y Sostenible). Más que un estudio, se trata de un plan de acción. Formula una serie de propuestas concretas, realistas, realizables y medibles. Parten de la experiencia sobre el terreno de multinacionales que llevan décadas de presencia, inversiones y desarrollo de grandes proyectos en el país, que a su perspectiva internacional añaden un innegable carácter español. Se ayudan de la capacidad de análisis y visión más allá de lo evidente de Deusto. Y se apoyan en la colaboración de más de 40 personalidades del ámbito institucional, empresarial y social, que nos han permitido contrastar y calibrar cada una de las propuestas.

Accede al contenido completo en el Anuario 2019 de Computing.

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Redacción

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