Creo que hemos llegado ya a una etapa en la que el CIO -ese responsable de informática primero, de tecnología después- ha dejado de ser para el organigrama empresarial un mero figurante que estaba enclaustrado dentro de su ámbito de actividad. La pandemia que hemos vivido durante este tiempo atrás ha servido para reflejar una metamorfosis, por la que el departamento de TI deja de ser un mero instrumento de soporte para adquirir mayor protagonismo y capacidad de innovación.
Muchos dirán que no es cierto, y tendrán parte de razón, porque obviamente ni todos los directivos ni todas las compañías tienen el mismo ritmo de carrera. Pero teniendo claro las reticencias que existen por parte de ciertos responsables de las organizaciones, las nuevas generaciones han dado un impulso a la figura del responsable de tecnología como parte activa del negocio. Este empuje viene a través de savia nueva, que llega tanto en modo de firmas de reciente creación que no dudan en acompañar su estrategia empresarial con lo tecnológico, como de la mano de dirigentes que han crecido con la digitalización como estandarte.
El CIO no está lejos del CEO y su evolución hará que se acerque a este último y que, cada vez, en mayor medida, pueda llegar a ocupar el sillón presidencial
Los analistas ya apuntan con el dedo de forma más categórica en este sentido al percibir al director TIC como a ese profesional que “debe formular y ejecutar la estrategia”. Ese paso al frente ya se está dando y su papel híbrido entre lo digital y lo estratégico está calando como lluvia pertinaz. Tal es el aura que envuelve actualmente al CIO, que el negocio se rodea a pasos agigantados de apellidos ligados a lo digital, transformación, tecnología, innovación… todos ellos con un alto poder de seducción dentro de la organización. Y es que el negocio se vuelve digital.
El CIO no está lejos del CEO y su evolución hará que se acerque a este último y que, cada vez, en mayor medida, pueda llegar a ocupar el sillón presidencial. El cambio cultural es obligatorio y la colaboración interna entre equipos es fundamental para que la empresa adopte una mentalidad digital. El resultado es que ya no se debe poner en duda que las TI deben formar parte de la estrategia empresarial.