El Consejo de Administración de Telefónica ha decidido modificar su estructura organizativa, mediante la reducción de los ámbitos de gestión de la compañía, en un movimiento que se interpreta como colofón a su proceso de reestructuración y reducción de activos y negocios. Así se ha incorporado el negocio de empresas (lo que hasta ahora había sido Telefónica Data) al área global de telefonía fija de la operadora y se ha eliminado Admira, su filial de medios. El reestructurado negocio de telefonía fija, a cuyo frente permanecerá Julio Linares, será una de las grandes patas de la firma que preside César Alierta, junto con Telefónica Móviles (Antonio Viana), Telefónica Internacional (José María Álvarez), Estrategia (Luis Lada) y Finanzas y Recursos (Santiago Fernández-Valbuena). Terra y TPI quedarán, por su parte, como firmas independientes.
En paralelo, se ha suprimido la figura de consejero delegado, lo que ha forzado la dimisión de Fernando Abril-Martorell, que permanecerá como asesor del presidente, y que desempeñaba tal cargo desde agosto de 2000, y se ha hecho depender el área de Planificación y Control de Gestión de la de Estrategia, y el área de Recursos de la de Finanzas Corporativas. A partir del próximo uno de octubre, será el propio Alierta quien asuma la totalidad de las funciones ejecutivas de la multinacional.
