Las empresas españolas están obligadas a emprender con celeridad un proceso de cambio para adaptarse al mundo digital, pero todavía tienen un largo recorrido por recorrer para afrontar con éxito ese camino. En concreto, sólo una de cada tres empresas está preparada para abordar esta transformación.
Así lo revela el Primer Estudio sobre la Digitalización de la Actividad Económica en España elaborado por la consultora Roland Berger con el apoyo de Siemens, basado en encuestas y entrevistas a directivos, consejeros y máximos responsables de tecnología tanto de pymes como de compañías del IBEX 35. La obligada transformación digital hacia la “España 4.0” ofrece beneficios cuantitativos indudables para las empresas, gracias a la mejora de la cifra de negocio y la optimización de costes, que pueden bajar hasta un 20%.
A nivel macroeconómico, la transformación digital podría implicar un incremento de 120.000 millones de euros sobre el VAB (Valor Añadido Bruto) en 2025 en los sectores analizados por este estudio. Pese a ello, las empresas españolas admiten falta de inversión y formación para avanzar en la digitalización. Es destacable que si bien la economía española ocupa en el mundo la 14ª posición por volumen de PIB, en este sentido se sitúa en el 45 en lo que respecta al desarrollo de la digitalización. Para reducir este diferencial respecto a otros países es necesaria una acción coordinada por parte de la Administración, empresas y asociaciones que impulsen la inversión, potencien la investigación y fomenten el desarrollo en capacidades digitales, creando así un verdadero ecosistema digital. Sin embargo, son diversos los obstáculos en España para poder afrontar el potencial de esta transformación, empezando por la falta de inversión: según datos del Eurostat, España invierte solo el 1,2% del PIB en Investigación y desarrollo, frente al 3% de Alemania o el 2% de media de la UE.