El pasado 11 de junio, entró en vigor la legislación aprobada por la Comisión Federal de las Comunicaciones de Estados Unidos con la que se ponía fin a la neutralidad de Internet. Con la nueva situación, los proveedores de Internet tienen libertad para priorizar unas páginas, servicios o dispositivos frente a otros, acabando con la democracia que hasta este momento había en la red.
La legislación previa establecía que los proveedores de banda ancha no podían bloquear, ralentizar o priorizar unos sitios web frente a otros, es decir, todo el tráfico en la red debe ser tratado con igualdad. Además, tampoco podían realizar lo que se conoce como ‘priorización pagada’ en la que se otorga mayor visibilidad a unas páginas frente a otras.
La Comisión Federal de las Comunicaciones ha tomado esta decisión argumentando que “la neutralidad de Internet disuadía la innovación y deprimía la inversión en la expansión de la banda ancha”. Así, desde el Consejo de Colegios de Ingeniería Informática han manifestado que “la neutralidad en la red es un derecho básico de la ciudadanía, ya que Internet es una de las herramientas más democráticas de los últimos tiempos. Como profesionales de la informática, rechazamos la decisión tomada por la FCC pues va a favorecer la manipulación; impidiendo el acceso a determinados contenidos o priorizando unos contenidos frente a otros”.
El fin de la neutralidad en Internet también ha sido rechazado por la mayoría de usuarios, así como por las grandes compañías y las empresas pioneras de Internet.