El Acuerdo de Capital de Basilea, más conocido como Basilea II, está obligando a las entidades financieras a implementar sistemas avanzados para la gestión del riesgo; un imperativo normativo que las empresas comprometidas con la innovación tecnológica están convirtiendo en un ventaja competitiva. Así lo entiende el director general de SAS en España, Luis Méndez, quien considera que “el cálculo del riesgo cada vez es más importante y exige tener acceso inmediato a una visión de futuro a fin de poder reaccionar a tiempo, se trata entonces de ser proactivo”.
Justamente es la proactividad por lo que aboga el proveedor de soluciones BI que, si ya gozaba de una posición privilegiada en el sector financiero así como en el sector público y el de telecomunicaciones- ahora está ganando peso en ese ámbito al calor de los proyectos de gestión del riesgo en los que están inmersos la práctica totalidad de las entidades financieras de nuestro país. “Prácticamente todas las entidades financieras están trabajando con SAS en gestión del riesgo; se trata fundamental de clientes ya existentes, como La Caixa, BBVA o Bankinter, con los que habíamos trabajado anteriormente fundamentalmente en el área de marketing y que ahora han vuelto a confiar en SAS para afrontar el reto que supone responder a la nueva normativa”, comenta Méndez, quien está convencido de que “ningún proveedor tiene la capacidad con la que cuenta SAS para dominar todo el proceso de generación de inteligencia bajo la forma de soluciones verticales adecuadas a los específicos requerimientos y necesidades de las organizaciones de un sector determinado”.
SAS compite en esta emergente área de mercado con la solución SAS Credit Risk Management que, integrada en la familia SAS Banking Intelligence Solutions, proporciona a las entidades financieras la capacidad para gestionar los datos y el riesgo de crédito, realizar credit scoring, y disponer de un cuadro de mando de los riesgos de crédito. Fruto de la adquisición el pasado año de la compañía OpRisk Analytics, SAS Credit Risk Management permite a las empresas medir la exposición al riesgo de crédito de una forma mucho más precisa y evaluar y determinar estrategias alternativas para su gestión. Pero el riesgo no es sólo de carácter financiero sino que “es todo lo que compromete la operatividad de la empresa, es decir, hablamos de riesgos de crédito, de mercado y operacionales”, señala Méndez, quien considera que el crecimiento de la filial en el ejercicio en curso, que estima se situará en torno a un 17 por ciento, “estará impulsado fundamentalmente por los proyectos de Risk-Management y Activity-Based Management”.
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