En un entorno tan competitivo e incierto como el actual, caracterizado por los continuos cambios demográficos, tecnológicos, geopolíticos y regulatorios, que se van produciendo a una velocidad vertiginosa, las compañías tienen que ser capaces de focalizar sus recursos hacia la implementación de estrategias flexibles, que les permitan alcanzar la máxima rentabilidad en el menor tiempo posible. Algo difícil de conseguir sin tener en consideración a todos los profesionales que forman parte de una compañía.
Y es que, aunque la afirmación ‘las personas son el principal activo de una empresa’ puede parecer algo manida, resulta un punto de partida clave para asimilar que todos los recursos que una organización dedique a la gestión de sus profesionales repercutirán de forma directa en el aumento de su rentabilidad. La puesta en marcha de políticas, prácticas y herramientas de recursos humanos que contribuyan a desarrollar las capacidades y conocimientos de los profesionales, incrementará su motivación, reforzará su vínculo de unión con la compañía y mejorará su desempeño, aspectos clave para superar con éxito los continuos retos a los que se enfrentan sus organizaciones.
Sin embargo, y llegados a este punto, cabría plantearse si realmente somos conscientes del verdadero impacto que la gestión del capital humano genera en la rentabilidad de las empresas. De acuerdo con los resultados de nuestro último estudio ‘Agilidad estratégica a través del Capital Humano’, elaborado en colaboración con el IESE Business School, las características comunes de las compañías más rentables detectadas como resultado de las encuestas realizadas a más de 120 directivos de recursos humanos de empresas españolas, residen en cuatro líneas de actuación. El 46% de las empresas más productivas tienen implantadas prácticas de RRHH dirigidas a incrementar el compromiso con sus empleados; el 42% promueve la capacidad de adaptación de su capital humano mediante procesos y prácticas de RRHH ágiles, que permitan a los empleados alinearse con rapidez a los continuos cambios del mercado; y el 46% apuesta por el empleo de profesionales de alto valor. Asimismo, y en lo relativo a la estrategia de negocio, el estudio revela que el 46% de las organizaciones con un nivel de rentabilidad por encima del valor medio, fomentan estrategias de innovación, eficiencia y liderazgo de costes.
El 42% de las empresas promueve la capacidad de adaptación de su capital humano mediante procesos y prácticas de RRHH ágiles
Adicionalmente y como principal recomendación, el estudio revela que la clave para afrontar los retos actuales del capital humano radica sin duda, en la firme apuesta por la mejora de la experiencia laboral del empleado, sustentada bajo tres pilares fundamentales. En primer lugar, en la adaptación de la función de RRHH al nuevo contexto mediante el aprovechamiento de las nuevas tecnologías. En segundo lugar, en el enfoque de las estrategias de capital humano hacia el fomento de la cultura y la creatividad, con la generación de climas laborales que enfaticen los aspectos emocionales e impulsen la innovación. Y, por último, mediante el ejercicio del liderazgo desde la digitalización, es decir, el nuevo líder de RRHH debe apoyarse en herramientas tecnológicas que le permitan conocer y escuchar a sus empleados para darles respuestas personalizadas y adecuadas a las necesidades de cada uno.
En definitiva, los máximos responsables de las compañías en este nuevo contexto, deben situar en el centro de sus estrategias a sus profesionales para lograr adaptarse con éxito a los requerimientos de este nuevo entorno apoyándose en la tecnología como elemento acelerador y facilitador, ya que tal y como manifestara Leif Edvinsson, uno de los expertos mundiales en capital intelectual, “el único valor vital que una empresa tiene es la experiencia, habilidades, innovación y conocimientos de sus empleados”. Y por ello, las organizaciones que inviertan en el cuidado de sus profesionales serán las que obtengan los mejores resultados.