El sector tecnológico se enfrenta a un problema de calado: la falta de profesionales. Una de las razones que explican la carencia de informáticos en España y en todo el mundo avanzado es lo poco que seduce la profesión a las mujeres. Para hablar de este asunto, más de 100 estudiantes de bachillerato han asistido a un encuentro organizado por U-tad, centro universitario en ingeniería y diseño, y Ametic, la mayor patronal del sector TI en España. La jornada que se celebró en el salón de actos de U-tad,
El encuentro ha subrayado el hecho de que la formación técnica y las competencias digitales no aumentan al mismo ritmo que la demanda de este tipo de perfiles en la Unión Europea. Por este motivo, urge una labor de concienciación que fomente la vocación femenina en el ámbito tecnológico. “Creemos que la mujer tiene un papel crucial en la reducción de la brecha existente entre demanda y oferta de empleos TIC y una de las primeras acciones a realizar es animar a las chicas a estudiar formación STEM: ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas”, ha señalado Benigno Lacort, director general de Ametic, entidad que ejerce, desde el 2010, como punto nacional de contacto de la campaña e-Skills for Jobs, iniciativa de la UE para extender las habilidades tecnológicas entre jóvenes y desempleados.
El porcentaje que representan las mujeres en carreras técnicas y en el sector TIC sigue siendo una minoría: tan solo un 18%. Fuera de nuestro país, en Europa, de media, sube a un 23% el número de mujeres que ocupan empleos en el sector tecnológico. Fernando Rey, director de sistemas y operaciones en U-tad, se mostró convencido de que facilitando formación tecnológica a las jóvenes en las primeras etapas escolares se ayuda a despertar en ellas el interés por este tipo de titulaciones. “Ver a una mujer ocupar puestos de responsabilidad en departamentos y sectores tradicionalmente masculinos es algo que a día de hoy sigue sorprendiendo, pero a corto plazo, dicha situación se irá revirtiendo con el acceso de las mujeres a carreras tradicionalmente asociadas a los hombres, como son las carreras STEM”, expone María del Pilar López Frutos, responsable de tecnología académica en U-tad.
Una de las conclusiones de El Informe sobre la Ciencia de la UNESCO en cuanto a la participación de las mujeres pone de manifiesto que aunque han logrado la paridad en el estudiantado que cursa estudios de máster en ciencias, solamente representan el 43% de los estudiantes que obtienen un doctorado. La disparidad entre los sexos se agudiza en el escalón siguiente, ya que sólo un 28,4% del personal de investigación en el mundo son mujeres.
Además, el acceso de las investigadoras a fuentes de financiación de su actividad es más reducido que el de sus colegas masculinos y son menos numerosas en las universidades de mayor prestigio. También son minoritarias en los puestos de mayor responsabilidad, tanto en los consejos directivos que administran las instituciones científicas como en los que regentan las universidades.
Laura Raya, responsable de Postgrado y directora del Máster Universitario de Computación Gráfica y Simulación, es un claro ejemplo de mujer investigadora. “La investigación en ingeniería informática puede llegar a ser un mundo apasionante. La informática no es trabajar con código de manera aislada. Investigar en ingeniería informática me ha permitido trabajar con neurocientíficos desarrollando herramientas que permitan analizar el cerebro humano para evitar enfermedades, o trabajar en realidad virtual ayudando a estudiantes autistas o discapacitados visuales. Es necesario contar con más mujeres en ingeniería y en investigación, solemos ser organizadas y constantes, algo que se valora mucho en este campo”. “Todos los entornos digitales y creativos confluyen con la llegada de la realidad virtual, la gran oportunidad de los perfiles profesionales femeninos”, aseguraba Ana Echegoyen, directora de operaciones de GAZ Virtual Reality.