Órdago a las tecnologías

¿En qué se parece una negociación entre CIO y proveedor y una partida de mus?

Publicado el 17 Jul 2013

VII Torneo de Mus de Computing

Ya es una tradición en el sector, en estas fechas veraniegas, la celebración del torneo de mus de Computing, un lugar de encuentro entre CIO y proveedores TIC, donde se prescinde de la corbata y se postergan negociaciones de contratos y las tensas relaciones profesionales. En este espacio prima el buen rollo, el humor y, por supuesto, el oficio sobre el tapete y las ganas de hacerse merecedores del galardón, que todo jugador contumaz de mus hace gala como virtud personal e intransferible.

Un aficionado como el que suscribe esta tribuna no podía pasar la oportunidad de participar en este evento, contando con la feliz compañía de un excelente amigo, para más señas, consultor de tecnología y agudo observador de la realidad. Una de las partidas fue contra una pareja formada por un CIO de la gran cuenta y el responsable de ventas de un fabricante de hardware. Al verlos juntos, frente a frente, no pude por menos que imaginarlos negociando las condiciones de un contrato a golpe de mus, tirando de envites y órdagos, como diestros espadachines con la baraja de Heraclio Fournier como armas incisivas.

Cada cual guarda sus cartas, que cada día son más exiguas. Por un lado, el proveedor tiene unos márgenes que no pueden estirar tanto y aquí la templanza juega un papel clave. El cliente tiene que ser comedido lanzando su apuesta al juego, no puede abusar de una posición ventajista y cansar a su suministrador, de modo que termine retirándose de la mesa. Y es que muchos fabricantes están molestos de tanto tira y afloja. Me consta que corporaciones multinacionales han emitido instrucciones a sus subsidiarias para que llegado el caso no pasen por el aro; están hartas de que les aprieten los machos. Basta ya de historias pírricas, proyectos que llevan mucho coste humano y desgaste para el suministrador. Durante la velada, los propios proveedores reconocían lo duro que está vender, y no digamos en la AAPP donde no se puede arrancar ni un amarraco. El mus es como la vida misma, apuestas con las mejores cartas y llega otro y te gana por la mano; y entonces te arrepientes de no haber tenido más contundencia en tu apuesta.

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Rufino Contreras
Rufino Contreras

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