Desde que arrancó el siglo XXI, han aparecido innumerables términos en torno al mundo de la tecnología y de las empresas. Uno de ellos es la palabra fintech para describir las compañías que trabajan entrelazando el mundo de las finanzas y el de la tecnología.
En apariencia, unir ambos aspectos puede parecer sencillo, pero la realidad es mucho más compleja, sobre todo cuando de lo que hablamos es de transacciones financieras entre distintos países. Las transacciones financieras transfronterizas requieren no solo una gestión impecable de datos sensibles, también hay que prestar atención y saber gestionar la interoperabilidad de sistemas informáticos en distintos países y con diferentes empresas colaboradoras, así como gestionar la capacidad para adaptar las operaciones a diversos regímenes regulatorios y jurídicos.
En los últimos años han surgido sistemas de pago nacionales que nos permiten transferir dinero o hacer un pago al instante, pero siempre dentro de España. Se está avanzando en sistemas de pago que unen distintos países, como el Single European Payments Area (SEPA), pero aún estamos lejos de tener un estándar universal para pagos transfronterizos en tiempo real.
Aún estamos lejos de tener un estándar universal para pagos transfronterizos en tiempo real
Pese a que todavía no hay un sistema universal, ya existen alternativas para enviar dinero en efectivo o de forma electrónica. Pero hacerlo de la forma que el cliente prefiere no sería posible sin una tecnología puntera. Para ello, las compañías no solo tienen que cumplir con los más altos niveles de calidad que demandan las transferencias transfronterizas en cuanto a rapidez, solidez y precio, sino que tiene que cumplir con el marco regulatorio en cada país donde tienen actividad.
Cumplir con las reglas en cada jurisdicción sin dejar de ofrecer una experiencia óptima para el cliente y con la máxima seguridad no se consigue fácilmente. Llegar a ese equilibrio es imprescindible, hasta tal punto que convierte la función de compliance en el eje de cualquier empresa que presume de llevar la innovación tecnológica al sector financiero.
Según el World Economic Forum en su informe sobre la regulación en la tecnología del siglo XXI, su utilización responde a la urgente necesidad de transparencia en las prácticas regulatorias modernas marcando, además, un cambio de tendencia. En otras palabras, ayuda a las compañías actuales a cumplir con su obligación reglamentaria, así como con la labor de información, cumplimiento y gestión de riesgos siempre de la mano de la tecnología.
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Compliance y tecnología
Así, el uso de la tecnología para asegurar los servicios ofrecidos al cliente se presenta como el aval que ayuda a prevenir el crimen y fraude financiero. Por ello, es fundamental invertir constantemente en compliance para cumplir con los deberes que las empresas tienen.
El sector del compliance, y sobre todo el eje entre compliance y tecnología -Regtech- va a ir evolucionando a velocidad de vértigo. Hay un futuro prometedor en el que no pararemos de ver nuevas fórmulas digitales que aseguren a las empresas y las operaciones de sus clientes, sin sacrificar la comodidad.
Por poner un ejemplo, en Ria usamos herramientas como la visualización automática de datos para detectar posibles redes, operaciones inusuales y tendencias ocultas analizando toda nuestra base de datos en tiempo real. Pero, es necesario ir un paso más allá e invertir en aquellos valores que garanticen siempre la seguridad y minimicen los riesgos. Por eso, contamos con herramientas propias para la evaluación del riesgo que agilicen y faciliten las operaciones de nuestros clientes, sin sacrificar su seguridad ni comodidad.
Estas herramientas ayudan a analizar cómo los clientes utilizan los servicios que ofrecemos con el fin de no tener que ralentizar futuras transacciones. El sistema comprueba automáticamente la transacción, la compara con el comportamiento habitual del cliente y alerta únicamente sobre aquellas operaciones que pudiesen ser consideradas de riesgo para ser revisadas por un especialista humano.
Cumplimiento y servicio al cliente
Es fundamental que la función de cumplimiento dentro de la empresa sea independiente del resto de la organización sin mirar los beneficios que esas operaciones pueden generar. Solo así podrá fijar las prioridades imprescindibles para cualquier entidad financiera a medio y largo plazo.
Garantizar que la entidad está actuando según las normas en cada mercado donde opera, alertando sobre aquello que no se haga de acuerdo con lo estipulado y corrigiendo errores con el fin de mitigar riesgos para la organización y sus clientes es una función crucial para una empresa financiera. Hacerlo de forma independiente, liderando el uso de la tecnología y manteniendo siempre la conveniencia y buena experiencia del cliente en el centro de todo es un acto de equilibrio tan difícil de conseguir como imprescindible para una fintech.