Hablar de transformación digital se ha convertido en una constante para las empresas de todos los tamaños. La pandemia supuso el acelerón necesario para un proceso que, aunque ya había comenzado en nuestro país, parecía lejos de ser una realidad. Ahora, según datos de EBS Business School, el 75% de las empresas españolas ha comenzado su proceso de digitalización, sin embargo, estamos lejos de poder hablar de un proceso culminado.
La innovación es una constante, por lo que en los próximos años seguiremos viendo la aparición de nuevas tecnologías y el desarrollo de muchas otras. El contexto laboral cambia paulatinamente hasta convertirse en digitalizado, autónomo e inteligente. Ante esta situación, las compañías no pueden confiar en implementar la tecnología y esperar a que genere resultados por sí misma, ya que digitalizar un proceso no es suficiente para alcanzar los objetivos.
Con un entorno digital cada vez más complejo, no existe una fórmula única de transformación digital y cada empresa deberá encontrar su fórmula para el éxito de su negocio. Sin embargo, existen algunos factores comunes de una buena estrategia de transformación digital a largo plazo:
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Datos como base
Una de las consecuencias más directas de la implementación de tecnologías digitales es la inmensa cantidad de datos que la actividad empresarial puede generar. Estos datos, de manera bien procesada, se convierten en una valiosa información para el negocio.
Gracias al análisis de datos, las empresas pueden obtener nuevas perspectivas de analítica, encontrar los puntos de ineficiencias en los procesos y poder resolverlos de la manera más inteligente, implantar tecnologías de machine learning y automatizar las tareas más tediosas, entre otras muchas aplicaciones. El almacenamiento, gestión y custodia de los datos se han convertido en uno de los grandes retos para las organizaciones de todo el mundo.
Tecnologías de vanguardia
Aunque muchas empresas ya han comenzado a introducir tecnologías de digitalización en sus procesos de negocio, es necesario seguir actualizándose y buscar estar a la vanguardia del sector. La tecnología ha demostrado ser fundamental para ayudar a las empresas a ser más competitivas, más eficientes y más resilientes ante los cambios que puedan surgir. Por ejemplo, aquellas que ya habían comenzado su transformación digital, fueron las que mejor resistieron el primer impacto de la pandemia. Actualmente, las tecnologías más punteras son aquellas ligadas a la automatización de procesos, Inteligencia Artificial y Minería de Procesos.
Apoyarse en el talento innovador
Las empresas son las personas que la forman y el éxito está estrechamente ligado al talento interno. Los empleados deben ser capaces de aportar soluciones creativas , además de la experiencia digital, y para ello las empresas necesitan generar nuevas capacidades digitales, y poder atraer ese nuevo talento. Sin embargo, retener el talento es una tarea cada vez más complicada, los empleados ya no se conforman con salario y buenas condiciones, sino que demandan prestaciones que contribuyan a sentirse realizados y satisfechos, un objetivo que las empresas deben tener en mente y para la que la digitalización del trabajo se vuelve un importante aliado.
En el mundo empresarial actual, la colaboración es clave, por lo que apoyarse en partners innovadores se vuelve también fundamental. Las organizaciones deben desarrollar relaciones simbióticas con startups, académicos, proveedores de tecnología y otros players de negocio del ecosistema para lograr sus objetivos.
Una vez que hemos implantado la tecnología más innovadora en las empresas, el reto es transformar el negocio a través de ellas. Con la automatización de los procesos y la Inteligencia Artificial como aliados, y siempre apoyándonos en el nuevo talento digital de las personas, podemos conseguir mejorar el modelo operativo, desplazándonos hacia modelos de Operación Inteligente.