¿LinkedIn ayuda a encontrar trabajo?

Gina Aran, colaboradora del máster de Dirección y gestión de recursos humanos de la UOC, da respuesta a esta pregunta.

Publicado el 04 May 2016

Linkedin

“Vales menos que una recomendación de Linkedin”: después de más de una década de la puesta en marcha de la principal red social profesional, ¿podemos decir que LinkedIn ayuda a encontrar trabajo? Gina Aran, colaboradora del máster de Dirección y gestión de recursos humanos de la UOC, da respuesta a esta pregunta, explica cuáles son los cinco errores más comunes y presenta un decálogo para aprovecharla.

Casi 9 de cada 10 empresas (un 87%) utilizan las redes sociales para reclutar candidatos y el 88% de los seleccionadores reconoce que consulta la actividad de sus candidatos/as en LinkedIn. Esta herramienta reúne a más de 400 millones de profesionales de todo el mundo y en España el número de usuarios está por encima de los 7 millones. Ofrece “más y mejor información que el currículum tradicional“, explica la profesora de la UOC, Gina Aran. “El perfil que tenemos en la red habla de competencias, preferencias, valores y actitudes de los usuarios, mediante lo que comparten, escriben o los grupos de los que forman parte, por ejemplo“, explica. “Contratar nuevos profesionales es costoso y los errores salen caros, por eso muchas empresas aprovechan herramientas como Linkedin“.

No solo las empresas tienen presente la idoneidad de las redes sociales para encontrar profesionales. Según un estudio, Linkedin es considerada por el 70% de los usuarios la herramienta idónea por antonomasia para encontrar trabajo, seguido en mucha distancia por Facebook (56%) o Twitter (38%). Pese al éxito, “hay perfiles buenos y perfiles malos en Linkedin“. Gina Aran presenta algunos de los errores más comunes a tener en cuenta:

Estado: ¿buscando trabajo?

En búsqueda activa de trabajo” o bien “buscando nuevos retos laborales” es uno de los errores más comunes en LinkedIn. “¿Incluir esta información en la pequeña presentación del candidato o candidata?” ¿Los 120 caracteres que hay por debajo del nombre? “es un error porque es una de las primeras informaciones que ve el seleccionador“, afirma Aran. Recomienda “escribir un titular profesional que aporte información interesante de quién es el candidato o candidata, qué profesión ejerce o qué ámbitos laborales le interesan”. Si se están buscando nuevas oportunidades laborales, “esta información se tiene que incluir en el extracto pero no en la presentación“.

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Aceptar las solicitudes de amistad de gente que no conozco: ¿sí o no?

Depende de nuestra estrategia en Linkedin“, afirma Aran: “si lo entendemos como un espacio de networking abierto, sí“. Aún así, considera que “siempre es más importante la calidad que la cantidad“. Cuanto más amplia sea nuestra red “más probabilidades tendremos de tener contactos de calidad, es decir que se genere un trabajo en nuestro ámbito“. Recuerda que “LinkedIn está pensado para estar hiperconectados“. La experta propone una estrategia útil para ir aceptando invitaciones es “hacerlo gradualmente“: así conseguimos ser visibles durante más tiempo en el timeline y podemos alternar contactos de más o menos calidad para el usuario.

Invitar sin abusar, menos es más

Cada usuario tiene un límite de 3.000 invitaciones para enviar a nuevos contactos, parecen muchas, pero “a lo largo de toda una vida profesional no son tantas“, opina Aran. Aunque la lógica dice que cuantas más conexiones más posibilidades de encontrar trabajo, la experta afirma que “hay que apostar por la calidad de estos contactos, priorizando los vinculados a tu profesión o sector o los individuos que hayas conocido presencialmente en actos de tu ramo, siempre teniendo en cuenta las limitación de invitaciones“. En cuanto a los mensajes privados, Aran recomienda enviar correos o solicitudes “a personas con quienes se crea que pueden surgir colaboraciones mutuamente beneficiosas, intentando no hacer peticiones sin aportar nada. Enviar ofertas indiscriminada y frecuentemente será recibido como spam”.

El mejor resumen de uno mismo

Una buena presentación siempre es importante, pero lo es todavía más en LinkedIn. “La homogeneización de los currículums hace cada vez más importante el espacio del extracto”, una breve presentación donde podemos “mostrar nuestras competencias más relevantes y/o preferencias laborales“. En menos de 2.000 caracteres se debe ser conciso y “utilizar palabras clave“, las mismas con las que el propio candidato se buscaría. Para hacer un buen extracto hay que explicar “lo más destacado de nuestra trayectoria y los intereses profesionales que nos ocupan“. La red permite ilustrarlo con imágenes, vídeos o PDF “esto es una información muy atractiva para los seleccionadores“. El primer párrafo “será lo que más leerán los reclutadores, o quizás lo único, así que hay que trabajarlo bien“, avisa Aran.

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Recomendaciones reales, de lo contrario no valen

Para tener un perfil completo en LinkedIn, la red te pide hacer tres recomendaciones como mínimo. Aran afirma que “tienen poco valor porque en ser siempre tan “hiperpositivas” han perdido credibilidad“. La experta recomienda que “hagan referencia a proyectos o trabajos en que ambos individuos han trabajado conjuntamente” y que se pueda demostrar. Tanto para la propia red como para los reclutadores “tienen más valor las recomendaciones de jefes o superiores que las de los trabajadores de mismo nivel, o en el caso de ser empresario, las de los clientes“.
Los expertos coinciden que “idealmente habría que trabajar en Linkedin unos 15 minutos diarios en general y a partir de 30 si se está en búsqueda activa de trabajo, es una muy buena herramienta de marketing pero tienes que actuar para ser visible“. Aran propone un decálogo para sacarle el máximo provecho:

1. Dedicar tiempo al perfil, no hacer “copiar y enganchar” de nuestro currículum, llenar todos los apartados, hacer una buena elección del lenguaje y utilizar palabras clave relacionadas con nuestro ámbito profesional a lo largo de todo el perfil.

2. Poner nombre y apellido sin elementos que dificulten que nos encuentren e incluir un buen titular profesional que te defina.

3. Poner una imagen de perfil profesional y agradable e intentar publicar fotos o vídeos relativos a nuestra actividad profesional, presentaciones, enlaces a artículos o libros publicados.

4. Escribir un buen extracto: ser conciso, hacer visible el talento y nuestro valor añadido.

5. Detallar la experiencia esquemáticamente, el cargo y las funciones ejercidas y hacer referencia a los reconocimientos recibidos en cada etapa. En cuanto a la formación, especificar los estudios, los años y los centros.

6. Personalizar el URL del perfil de Linkedin e incluir enlaces en otras redes, webs o blogs.

7. Publicar regularmente: compartir contenidos propios o publicaciones que aporten valor.

8. Comentar y opinar publicaciones de personas de nuestra red y participar en grupos: es la manera de hacerse visible y evidenciar nuestro grado de conocimiento.

9. Promocionar el perfil por otros canales, ponerlo en la firma de correo electrónico, en otras redes sociales e incluso en las tarjetas de visita.

10. No conviene compartir información personal, “para ello ya hay otras redes como Facebook”.

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Redacción

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