14.054 compañías de todo el mundo ya se han unido al Pacto Mundial de las Naciones Unidas para colaborar en pos del desarrollo ecológico y social dentro del marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por la organización. Las empresas están incorporando a su estrategia integral acciones para la consecución de estos objetivos para lograr un futuro resiliente. La recuperación de la pandemia de covid-19 y limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C son dos de los desafíos más urgentes que encara este proyecto de dimensiones globales y para los que la acción colectiva de las empresas y la evaluación de los riesgos y oportunidades ambientales que suponen sus negocios es fundamental.
Sin embargo, y a pesar de convertirse en una necesidad urgente para hacer frente a estos desequilibrios, así como a unos desafíos globales cada vez más acuciantes como son el aumento de población, la escasez de recursos, la contaminación y la gestión de recursos hídricos y energéticos en aras de la eficiencia, la reconversión de los hábitos de la sociedad y de los sistemas de producción no es sencilla ni puede acometerse en todos los frentes con igual eficacia y velocidad. Una muestra de ello es el peso de la economía circular a nivel global. Este sistema de producción y consumo basado en la optimización y reutilización de los flujos de materia y energía representa únicamente el 8,6% de la economía global, según el Circularity Gap Report de 2021. En este sentido, la compañía Hewlett Packard Enterprise (HPE) ha volcado sus recursos en fomentar este tipo de economía. La empresa ofrece los servicios de gestión de activos de TI que permiten aprovechar al máximo los sistemas heredados, y desbloquear el capital atrapado en el actual equipo de TI cuando llegue el momento de actualizar. Mientras que Dell Technologies se ha marcado objetivos concretos. En 2030, por cada producto que compre un cliente, reutilizarán o reciclarán un producto equivalente. El 100% del embalaje estará hecho de material reciclado o renovable. Más de la mitad del contenido de sus productos será de materiales reciclados o renovables.
El 80% de las partes mecánicas del HP Elite Dragonfly están fabricadas con materiales reciclados
Para intentar frenar este descalabro ya se están creando modelos de ciudades inteligentes como Aguaduna, un proyecto hispanobrasileño en el estado de Bahía, Brasil, y que apuesta por convertirse en un modelo replicable de ciudad 100% resiliente y circular. Además de contar con un tamaño medio -espera tener 60.000 habitantes en el futuro- que le permitirá integrarse en su entorno natural tropical de manera sencilla y natural-, apostará por un modelo basado en flujos circulares de recursos, reduciendo el impacto climático.
Una transición que se traducirá en independencia energética a través campos de captación fotovoltaica, reutilización de aguas pluviales, sistemas de acondicionamiento pasivo de los edificios, la circulación de vehículos únicamente impulsados por energías limpias, reducción al 50% de pavimentos en los espacios públicos y edificación de solo el 14% de la superficie total del suelo para garantizar la alta permeabilidad del mismo, además de la aplicación de tecnologías como big data o blockchain para gestionar los distintos servicios de la ciudad de forma eficaz, transparente, segura y descentralizada.
También basándose en un proyecto de gemelo digital, Fujitsu y la ciudad de Kawasaki están cooperando para lograr una ciudad del futuro sostenible. La multinacional trabajará para construir modelos avanzados aprovechando su IA, 5G, capacidades de supercomputación y redes de próxima generación (tecnologías que muchos prevén que desempeñarán un papel importante en la construcción de las ciudades sostenibles del futuro). Desde 2017, Fujitsu y la ciudad de Kawasaki colaboran para contribuir a una comunidad más segura a través de iniciativas que incluyen un proyecto para mitigar los daños de los desastres naturales, como el tsunami mediante el uso de superordenadores.
Para responder a los retos que surgen en esta nueva era, ambos aprovecharán las últimas tecnologías de computación y de redes de próxima generación para implementar ampliamente un Gemelo Digital Social en las cuatro áreas prioritarias del proyecto. El Gemelo Digital Social reproduce digitalmente información en tiempo real relacionada con la economía, la sociedad y el medio ambiente, y desempeñará un papel clave en los esfuerzos de los socios para contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Las dos empresas impulsarán también un laboratorio de participación ciudadana para poner en contacto a ciudadanos y empresas con vistas a hacer realidad su visión de una ‘ciudad futura’ sostenible.
Índice de temas
La industria TI se uno por el cambio
Muchas organizaciones ya están tomando conciencia de la importancia del cambio climático y las graves consecuencias que su impasividad puede tener para las generaciones futuras. Por eso, las compañías están desarrollando iniciativas que toman como prioridad, para frenar y con el tiempo, revertir esta situación.
Basándose en un proyecto de gemelo digital, Fujitsu y la ciudad de Kawasaki están cooperando para lograr una ciudad del futuro sostenible
Dassault Systèmes es una de las empresas que se compromete con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a través de su iniciativa Science Based Targets (SBTi). La empresa se ha comprometido a alcanzar las emisiones netas cero en 2040 para ayudar a impulsar la sostenibilidad a escala mundial y a un ritmo elevado con el uso de las Experiencias de Gemelos Virtuales. Los objetivos aprobados en esta iniciativa cubren las emisiones de las propias operaciones de Dassault Systèmes, que son coherentes con las reducciones necesarias para mantener el calentamiento en 1,5 grados centígrados, el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París. Los objetivos para las emisiones procedentes de los viajes de negocios y los desplazamientos de los empleados y de su cadena de valor se ajustan a las orientaciones sobre las mejores prácticas de la SBTi.
Incluso existen compañías que han creado empresas para fomentar el desarrollo ecológico de la industria TI. Es el caso de EcoAct, proyecto Eco Rating, un nuevo esquema de etiquetado para toda la industria iniciado recientemente por cinco de los principales operadores móviles de Europa. La etiqueta Eco Rating ayudará a los consumidores a identificar y comparar los teléfonos móviles más sostenibles y alentará a los fabricantes a reducir el impacto ambiental de sus dispositivos en términos de producción, uso, transporte y eliminación. En este proyecto colaboran operadoras como Deutsche Telekom, Orange, Telefónica, Telia Company y Vodafone.
Por su parte, Microsoft se ha unido como socio promotor a Forética, la organización empresarial referente en sostenibilidad y responsabilidad social en España. En el ámbito de la sostenibilidad, la compañía trabaja en cuatro pilares fundamentales: carbono, agua, residuos y ecosistemas, y en torno a tres grandes temas. El primero de ellos es la gestión de la sostenibilidad medioambiental dentro de la propia Microsoft. Así, la compañía ha anunciado que será negativa en emisiones de carbono para 2030 y para 2050 habrá eliminado del medio ambiente más carbono del que ha emitido desde su fundación. Además, quiere lograr ‘cero residuos’ en operaciones directas, productos y embalajes para el año 2030.
En 2020, las emisiones de CO2 de Huawei por millón de RMB de ingresos por ventas mostraron una reducción del 33,2% en comparación con el año base (2012), superando el objetivo (30%) que la empresa se fijó en 2016. Para promover las energías renovables, Huawei ha desplegado sus soluciones de energía digital en más de 170 países y regiones, dando servicio a un tercio de la población mundial. Hasta la fecha, estas soluciones han generado 325.000 millones de kWh de electricidad procedente de fuentes renovables y han ahorrado 10.000 millones de kWh de electricidad. Estos esfuerzos han dado lugar a una reducción de 160 millones de toneladas de emisiones de CO2.
En 2021, T-Systems se ha adherido al Pacto por la neutralidad climática de los centros de datos, un acuerdo entre gestores de centros de datos y asociaciones comerciales comprometidos con el Pacto Verde Europeo. Las principales metas que se ha marcado la compañía del grupo Deutsche Telekom son: alcanzar un balance energético neto cero en relación con el consumo energético directo e indirecto hasta 2025, incluida una reducción del 95% entre 2017 y 2025; producir un 0% de emisiones netas para 2040 como máximo, reducir un 25% las emisiones por cliente en el ámbito de la cadena de valor entre 2017 y 2030, y que el grupo emplee un 100% de energías renovables a partir de 2021.
HP ya ha conseguido grandes hitos, aunque tienen otros tantos en el horizonte. El 75% de plástico de un solo uso en los embalajes se retirará de los productos de HP para 2025 y ya está construyendo equipos, como el HP Elite Dragonfly, del cual el 80% de sus partes mecánicas están fabricadas con materiales reciclados. Hasta 1.700.000 kilos de plásticos procedentes de los océanos se han usado en los productos de HP hasta hoy, y su meta principal es la reducción al mínimo posible tanto de la huella de carbono como del consumo de agua en la fabricación de sus equipos.
Los ODS como hoja de ruta
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la Organización de Nacion e s Unidas en 2015 han constituido un punto de referencia para muchas organizaciones. Samsung es una de las compañías que ha orientado su actividad a la consecución de los ODS, entre los que destacan el uso de las nuevas tecnologías. Iniciativas como el programa Samsung Smart School, que promueve el desarrollo de las competencias digitales de los alumnos y docentes, ya se ha implementado en 108 aulas de 5º y 6º de Educación Primaria, ha formado a unos 700 profesores y ha involucrado a más de 4.000 estudiantes de 40 centros públicos en toda España; o Samsung DesArrolladoras, orientada a la formación del colectivo femenino en profesiones STEM. Más de 2.500 mujeres se han formado gratuitamente gracias a este programa.
En la línea de consecución de los ODS, Telefónica ha centrado su acción en torno al Objetivo 9, ‘Industria, innovación, infraestructuras’. Por ello, se ha fijado como objetivo proporcionar Internet más rápido y de calidad a personas y empresas realizando inversiones anuales superiores a 5.000 millones de euros para el despliegue y mejora de las redes de comunicación, siendo la responsable de la llegada de la banda ancha (fibra, LTE, 5G) a muchos territorios, incluidas zonas remotas o de difícil acceso, así como del fomento de la innovación y el emprendimiento apoyando a empresas y startups a crear nuevas soluciones y servicios digitales.