Hablar de tecnología hoy en día es hablar de uno de los principales catalizadores del cambio en el mundo. Llevamos ya años, si no décadas, viendo cómo los avances tecnológicos son fundamentales para aumentar la productividad, impulsar el crecimiento e innovar, así como para contribuir al bienestar de las personas con un beneficio tangible tanto para las empresas como para los gobiernos o instituciones sociales. Adicionalmente, la tecnología y las empresas que la desarrollan han cambiado el paradigma empresarial. No olvidemos que de las diez mayores corporaciones del mundo, la mitad son compañías tecnológicas o digitales.
Sin embargo, la velocidad a la que la tecnología está moldeando y transformando nuestra realidad económica y social se está acelerando a un ritmo exponencial con un importante añadido de la volatilidad del entorno actual que hace difícil predecir cómo se desarrollarán las futuras tendencias tecnológicas. ¿Cuáles son las tecnologías que realmente importan? ¿Cómo podemos anticipar las futuras disrupciones tecnológicas? ¿Qué factores afectan a la innovación? No son pocas las preguntas que nos plantea el vertiginoso ritmo de la tecnología, pero las respuestas a ellas, sin duda, son esenciales para que los líderes empresariales y las compañías puedan planificar mejor el futuro, comprendiendo de manera más clara el alcance de su impacto y transformación que supone el progreso tecnológico.
Es por ello por lo que desde el McKinsey Technology Council analizamos ‘¿Qué tendencias tecnológicas son más importantes para las empresas?’, informe donde se exponen las tendencias más importantes que se están desarrollando en la actualidad y se identifican los principales sectores en los que podrían aplicarse para crear mayores oportunidades de negocio, remodelar los mercados, impulsar la productividad, estimular el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de las personas.
En nuestro análisis más reciente hemos identificado hasta 14 tendencias tecnológicas más significativas del año en base a cuatro índices que aportan información muy valiosa a la hora de traducir su relevancia. Estos criterios son: el interés que suscitan las tecnologías, la innovación que suponen, la inversión que ya atraen y, por último, la adopción con la que cuentan en más de 20 industrias a nivel global.
Aunque el número de las tendencias puede resultar abrumador, las empresas no tienen que desarrollar cada una de las tecnologías por su cuenta, pero sí entenderlas para poder implementarlas y beneficiarse de las oportunidades que abren en términos de crecimiento. Para facilitar esta labor hemos clasificado las tecnologías en dos grandes bloques temáticos. El primer bloque apunta a las tecnologías digitales y TI que agrupamos como tendencias Silicon Age. Aquí tienen cabida desde la Inteligencia Artificial Aplicada, que surge como la tecnología más generalizada, hasta software de próxima generación o las tecnologías cuánticas que superan con creces las limitaciones de la informática tradicional. El segundo bloque -designado como Engineering Tomorrow– tiene que ver con las tecnologías ‘físicas’ que operan en dominios tales como la energía y movilidad, y que están cobrando suma importancia en el momento actual en el que la transición ecológica es una exigencia para garantizar el desarrollo y el bienestar de las sociedades.
Las tecnologías que marcarán las nuevas dinámicas del mercado
Bajando al detalle de algunas de las tendencias que abordamos en el análisis, merece la pena destacar la Inteligencia Artificial Aplicada (IA Applied), no solo por su uso más generalizado actualmente, sino por la innovación que supone a la hora de automatizar actividades y mejorar la toma de decisiones a través del aprendizaje automático (machine learning) o el procesamiento del lenguaje natural. El número de patentes relativos a IA se ha multiplicado por 30 desde 2015 y la inversión privada en empresas de desarrollo se ha situado por encima de 93.000 millones de dólares en 2021. También, la creación de herramientas técnicas capaces de industrializar el machine learning permitirá a las empresas pasar de proyectos piloto a productos empresariales viables, resolver fallos durante la producción y superar los límites de capacidad y productividad de los equipos humanos.
Otra tendencia tecnológica relevante está relacionada con la conectividad avanzada, cuyas tecnologías dotarán a las redes de una mayor cobertura geográfica, una menor latencia y una menor demanda de energía. Estas nuevas herramientas mejorarán la experiencia del usuario y tendrán un alto impacto en más de 12 sectores, como la movilidad, la sanidad y la fabricación, entre otros.
La Inteligencia Artificial Aplicada (IA Applied) destaca por la innovación que supone a la hora de automatizar actividades y mejorar la toma de decisiones a través del aprendizaje automático
Por otro lado, la Web3 que ha atraído este año pasado un gran interés mediático, pretende ser una nueva manera de concebir Internet, que descentralizará su autoridad y la redistribuirá a los usuarios, dotándoles de un mayor control sobre cómo se monetizan sus datos personales y una mayor propiedad de los activos digitales.
Las tecnologías de realidad inmersiva configuran otro capítulo destacado en nuestro análisis. A través de diferentes niveles de inmersión, proporcionados por la realidad aumentada (RA), la realidad virtual (RV) y la realidad mixta (RM), estas tecnologías serán capaces de utilizar la computación espacial para interpretar el espacio físico y simular objetos y personas del mundo real, permitiendo la interacción en mundos virtuales.
Al mismo tiempo, las tecnologías de la arquitectura de confianza (trust architecture) e identidad digital también resaltan en nuestro ranking por su capacidad de permitir a las organizaciones gestionar los riesgos tecnológicos y de datos, acelerar la innovación y proteger los activos. La inversión en este tipo de tecnologías se ha duplicado desde 2018, pasando de 17.000 millones de dólares a los 34.000 millones invertidos en 2021.
La Web3 pretende ser una nueva manera de concebir Internet, que descentralizará su autoridad y la redistribuirá a los usuarios
Por su parte, la sostenibilidad es un aspecto que reúne todas las características necesarias para posicionarse entre las principales tendencias del año. Las cleantech o tecnologías limpias, como son las soluciones energéticas (solar y la eólica); los combustibles sostenibles, como el hidrógeno; los sistemas de baterías de larga duración y las redes inteligentes han atraído la mayor inversión en los últimos tres años, y muestran un alto impacto en seis o más industrias. La transición hacia el futuro de la energía limpia provocará profundos cambios en los sectores de producción y consumo de energía y se prevé que las inversiones anuales en el suministro y la producción de energía podrían duplicarse de aquí a 2035, alcanzando aproximadamente 1,5 billones de dólares.
Ante la continuidad de la disrupción tecnológica, entender qué tendencias tecnológicas son más relevantes proporciona una importante fuente de ventaja competitiva de las empresas y ayuda a orientar las inversiones en tecnología. Las nuevas dinámicas del mercado se están forjando en base a las tendencias mencionadas y una de las claves de futuro será combinarlas de manera creativa para abrir posibilidades de un crecimiento más inclusivo y sostenible.
