Un gran número de empresas líderes son reacias a invertir en tecnologías digitales, y no es de extrañar. Si bien la rentabilidad de la transformación digital puede ser increíblemente alta, el índice de éxito hasta ahora es lamentablemente bajo. Sin embargo, aquellas empresas que tengan éxito en su trasformación digital obtendrán grandes beneficios.
Un nuevo informe de Bain & Company, Orchestrating a Successful Digital Transformation, recoge los resultados de una encuesta realizada a más de 1.000 empresas sobre su preparación digital. Tras comparar los resultados financieros de cinco tipos de empresas en función de su grado de madurez digital, Bain & Company descubrió que los ingresos de los líderes digitales crecieron un 14% en los últimos tres años, más del doble que en las empresas rezagadas. La rentabilidad siguió un patrón similar: las empresas líderes aumentaron su beneficio en un 83% durante ese periodo, mientras que menos de la mitad de las rezagadas lo hicieron.
Bain & Company descubrió que los ingresos de los líderes digitales crecieron un 14% en los últimos tres años, más del doble que en las empresas rezagadas
Conocer el beneficio real es otra historia. Los datos de Bain & Company reflejan que el cambio hacia la transformación digital es considerablemente más difícil que los cambios estructurales que se hacían anteriormente. Según la encuesta, solo el 5% de las empresas que se han implicado más en una transformación digital informaron que habían alcanzado o excedido las expectativas que se habían fijado (frente a una tasa de éxito del 12 por ciento en las transformaciones convencionales). El 71% de estas empresas se conformó con un rendimiento mediocre.
“Una gran mayoría de las empresas encuestadas de diferentes sectores dijo que la inversión digital era una de sus principales prioridades”, comenta Laurent-Pierre Baculard, responsable de la práctica digital de Bain & Company en Europa, Oriente Medio y África. “Sin embargo, es evidente que un gran número de ejecutivos se muestra escéptico en cuanto a que pueden transformar el rumor alrededor de lo digital en mejoras significativas en el rendimiento”.
Según Bain, la complejidad de actualizar la tecnología para aumentar el rendimiento de una empresa dificulta la transformación digital. Incluso si algunas compañías tradicionales están acostumbradas a innovar en el desarrollo de nuevos productos, pocas son expertas en implementar rápidamente las tecnologías digitales para resolver problemas y aumentar el rendimiento en toda la organización. Además, muchas se centran en lo que Bain llama el “juego externo” de la inversión digital – “¿Deberíamos trabajar en el compromiso del cliente o en la cadena de suministro?” – Poniendo menos énfasis en el “juego interno” – “¿Sabemos cómo elegir las inversiones correctas, ponerlas a prueba en tiempo real y obtener el máximo impacto?“.
La complejidad de actualizar la tecnología para aumentar el rendimiento de una empresa dificulta la transformación digital
Entre los cinco tipos de empresas que Bain analizó, las más avanzadas digitalmente lograron el mejor equilibrio entre los “juegos internos y externos”. Los verdaderos líderes digitales unen una estrategia audaz y ambiciosa con las capacidades y comportamientos específicos del “juego interno”.
“La transformación digital implica cambios en todos los niveles de la empresa y es importante que se lleve a cabo de manera organizada y meditada”, dijo Baculard. “Estas empresas interconectadas aprenden a dividir las grandes ideas en objetivos alcanzables que ofrecen un progreso constante con niveles de rendimiento cada vez más elevados”.
Identificar las ideas con mayor potencial
Los directivos alineados: Para que cualquier proceso de cambio funcione es fundamental que toda la organización se implique. Por lo tanto, no es de extrañar que para los encuestados el factor principal para que la trasformación digital tenga éxito es que los directivos estén alineados con el cambio. Esto supone un reto para las empresas, ya que las mejores ideas a menudo provienen del seno de la organización, pero su éxito depende de la capacidad que tengan los altos ejecutivos para implementarlas de manera adecuada. Esto generalmente supone cambios en la estrategia corporativa.
Agilidad de cambio por parte de los mandos intermedios: Estar alineados en el proceso de cambio es importante, pero lo cierto es que el trabajo real de desarrollar las iniciativas digitales la llevan a cabo los mandos intermedios de la empresa. Los grandes organizadores asignan funciones a estos equipos que llevan a cabo procesos ágiles de desarrollo para probar los productos con los clientes, aprender de la experiencia del mercado real y adaptarse continuamente a los cambios.
Actividad de los empleados: La mayoría de los encuestados coincidían en que no motivar lo suficiente a los empleados puede ser el motivo por el que el proceso de trasformación digital fracase. El proceso de cambio habitual empieza en el nivel intermedio y se trasmite a unos empleados poco dispuestos a ponerlo en marcha. Sin embargo, una buena organización, contrata a personas capaces de ejercer un papel de liderazgo en el desarrollo y la ejecución de la agenda digital.