Miran a la cámara sonriendo con aire de satisfacción porque, hasta llegar donde están hoy en su carrera profesional, han tenido que escuchar muchas veces la frase de marras de que “el lugar de la mujer está en la cocina”, y todas ellas han luchado con éxito por romper ese cliché y demostrar su valía fuera de las cuatro paredes del hogar. Todas ocupan actualmente un alto puesto en sus compañías y alguna de ellas forma parte de la plantilla de las 35 mayores corporaciones españolas, es decir, de ese racimo de empresas de referencia que es el Ibex. Precisamente, no hace mucho, se dio a conocer que el porcentaje de directivas en los consejos de administración de las sociedades que cotizan en esta bolsa se situaba ya en el 16,6%, con lo que se igualaba por primera vez a la media europea. Aun así, queda un largo camino por recorrer -lleno de jalones que superar- hasta que la presencia femenina en la cúpula directiva de las corporaciones en España sea similar a la masculina. “De los 470 consejeros actuales en nuestro país, 78 son mujeres.
Y los últimos datos del mercado laboral apuntan que las mujeres españolas ganan menos que los hombres por desempeñar el mismo puesto de trabajo: un 17% menos en los cargos directivos y un 10,5% menos en los puestos medios”, comenta Tita López, consejera delegada de BPS, en la apertura del II Encuentro. Las directivas asistentes a la Tertulia reconocen que las primeras barreras para acceder a la alta dirección del mundo profesional TIC hay que superarlas mucho antes de firmar un contrato laboral, “aparecen en el entorno universitario y, en algunos casos, en el familiar. Muchas mujeres no estudian ingeniería porque no tienen un referente que seguir, en mi caso estudié esta carrera porque mi padre lo hizo antes que yo. En países como Estados Unidos, donde se ha luchado mucho por combatir la desigualdad racial, se ha conseguido ascender sin que la raza o el sexo supongan una traba. Está claro que el entorno marca mucho”, apunta Carmen López, Global Head of Branch Technology del BBVA.
¿Las ingenierías son carreras de hombres?
Zaida Sampedro, directora general de Sistemas de Información sanitaria del Servicio Madrileño de Salud, reconoce que “hay ciertas áreas que llaman más la atención a los hombres, como la ingeniería de telecomunicaciones, eso significa que el pool de partida para trabajos y puestos directivos TIC están ocupados mayoritariamente por señores”. Y María José García, directora de Tecnologías de la Información de la UAM, lo confirma al añadir que “en general, a día de hoy, la proporción de estudiantes en la universidad es de un 60% de mujeres frente a un 40% de hombres pero, en el caso de las carreras técnicas, este porcentaje se invierte e, incluso, disminuye aún más”.
Mientras que Cristina Ruiz, directora de Sistemas de SGEL, resalta que “ni siquiera hay que remitirse al mundo universitario, esto también sucede en los colegios; recientemente han lanzado un programa especial para fomentar las matemáticas denominado ESTALMAT (Estímulo del Talento Matemático) para el que seleccionan anualmente a 25 estudiantes destacados en la materia y, normalmente, el 80% de ellos son varones”. Por su parte, Covadonga Rodrigo, directora de la Cátedra de Tecnología y Accesibilidad de la UNED-Fundación Vodafone, pone el dedo en la llaga y señala que “hay un problema de mayor calado. En los años sesenta en nuestro país, el 50% de los estudiantes de la ingeniería de telecomunicaciones eran mujeres, pero sólo el 10% de ellas acabamos la carrera; en la década de los noventa, en Alemania, se vio que el número de mujeres que se matriculaba en ingenierías no llegaba al 20% de los estudiantes. Tal vez haya que profundizar en los motivos que provocan el abandono de las ingenierías por parte de las féminas”. Silvia Leal, directora académica de Programas de Innovación y Tecnología del Instituto de Empresa, desvela “tres de los motivos por los que hay tan pocas directivas ocupando puestos de CIO en el sector TIC: en primer lugar, porque el número de mujeres que terminan las ingenierías son menos que los hombres; en segundo término, porque la percepción externa es que la carrera TIC es poco atractiva; y, finalmente, porque la mujer no encuentra ningún apoyo a lo largo de su andadura profesional”.
En este sentido, María José Talavera, directora general de VMware Iberia, coincide con Leal y destaca que “los hombres CIO han sabido crear un entorno propio, una especie de lobby, donde se apoyan unos a otros. Y esto, a la hora de nombrar a un alto cargo nos penaliza a las mujeres, ya que al relacionarse más entre ellos, cuando necesitan elegir a alguien para un puesto de responsabilidad, designan a una persona que conocen, que casualmente suele ser un hombre. Por eso a mí me parece bien la discriminación positiva, siempre que sea escogiendo entre personas con talento”.
Discriminación positiva
“En igualdad de condiciones, sin duda me quedo con una mujer. Estoy firmemente convencida de que la escasez de directivas TIC no viene determinada tanto porque los hombres discriminen a la hora de elegirnos, como porque, históricamente, nosotras hemos puesto en un lado de la balanza nuestra carrera profesional y en el otro platillo razones como la dedicación a la familia, no transigir con jornadas draconianas o no pasar por la movilidad de ciertos puestos que exigen estar fuera de tu país y lejos de los tuyos días y días”, apostilla Zaida Sampedro.
En la misma línea se expresa María Luisa Arjonilla, CIO de Banco Popular, indicando que “he trabajado en distintas corporaciones y he visto a mujeres solventes en puestos de dirección desempeñando sus funciones con la misma eficacia que un hombre, aunque también es verdad que nosotras tenemos que demostrar continuamente que valemos y eso supone un alto peaje en dedicación; y, ciertamente, muchas mujeres no han querido pagar el costoso precio que supone renunciar a un mayor compromiso con la familia”.
María José Talavera añade que “no hay una fórmula mágica. Nuestra carrera profesional depende, en primer lugar, de nosotras mismas. Todas las medidas de paridad o discriminación positiva se vienen abajo si falla el esfuerzo o priman los temas personales. Si quieres ser presidente de Coca-Cola, no puedes tener cinco hijos y querer organizarles los cumpleaños, tanto si eres mujer, como si eres hombre”.
Eso sí, la dedicación absoluta al trabajo que parece exigir un puesto de alta dirección TIC tampoco es la solución, ni la panacea, si implica renuncias elevadas. La directora general de VMware advierte que “eso genera insatisfacción y sensación de fracaso en el plano personal y no hay nada peor que renunciar a lo que realmente quieres, porque eso transforma tu actitud y repercute en tu entorno en todos los planos, seas hombre o mujer. Lo primero que debes hacer es establecer prioridades en tu vida y tratar de plasmarlas en tu agenda diaria, balancear cuándo debes volcarte más en tu vida personal, y cuándo más en la laboral. No podemos ser perfectas, tenemos que asumirlo”.
Pistas para lograr el éxito
Las directivas reunidas en este II Encuentro ofrecen algunas pistas sobre qué hacer y qué evitar para allanar la carrera profesional de las mujeres. Myriam Corral, responsable de supervisión y análisis de datos en la Dirección General del Juego del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, propone “tratar de no competir en las áreas donde no somos fuertes y potenciar aquellas donde destacamos; es curioso que no nos dediquemos más a hacer networking profesional si resulta que somos unas relaciones públicas natas”. Por su parte, Silvia Leal recuerda que “en el mundo de la alta dirección, las mujeres tratamos de competir con los hombres imitando su estilo, pero esa no es la solución ideal”. Leal aconseja “que las mujeres saquen la parte masculina que llevan dentro y ellos la femenina, así se complementan ambas en la misma persona y se gana en creatividad, es lo que se llama androginia psicológica”.
Ana Fuertes García, de Tecnología Corporativa del Grupo Santander, receta “creer más en una misma, ser consciente de que cada persona tiene la capacidad de elegir y no pensar que el entorno decide por ti”. Mientras que Covadonga Rodrigo recomienda “potenciar la conciliación entre la vida laboral y personal. Isabel Tocino dijo una vez que cuando acababa su jornada diaria se miraba al espejo y comentaba: “hoy he sido ejecutiva al 80% y madre al 20%. No se puede rendir en todo al cien por cien. Esa reflexión es propia de una mujer y no de un hombre, la enseñanza es que conocer los límites ayuda a superarnos”. En la misma línea, María Martínez, directora de Organización, RRHH y Sistemas de Ifema, cree que “una de las fórmulas para el éxito de las mujeres directivas es concienciar a los hombres de que hay que conciliar vida laboral y personal. La familia no es algo exclusivo de la mujer. Luego cada cual podrá elegir la opción personal que le interese y volcarse más o menos en cada parcela”. En el caso de Mónica de Pablos, área de Organización y Sistemas de Trucco, su propuesta es “alinearse con el departamento de recursos humanos. Y Carmen Abad, del Área de Soluciones Tecnológicas de Mapfre, estima que “uno de los ingredientes de un buen gestor, hombre o mujer, es intentar que las personas de su equipo estén incentivadas, que no vengan solo a trabajar por el salario, sino que estén satisfechas con su labor”. Al cierre del encuentro, lanza la siguiente reflexión: “si demandamos una cuota de mujeres directivas CIO en las empresas equiparable a la cuota de hombres, la lectura que se puede extraer es que algo está fallando en el mundo empresarial, que se comporta de una forma diferente al mundo real, donde hay un equilibrio entre ambos sexos”. Afirmación que Zaida Sampedro suscribe explicando que “proponer una cuota de paridad en una empresa invita a analizar por qué esa compañía no tiene suficiente masa crítica para elegir directivas. Eso es que algo no se está haciendo bien”.