Revisando los artículos de opinión y la temática más relevante que ilustran las páginas del Anuario Computing 2019, existe un denominador común: la inteligencia artificial, el machine learning y la analítica toman todo el protagonismo en todo tipo de procesos de gestión. A ello hay que sumarle que Internet de las Cosas, la realidad virtual y la realidad aumentada serán arquitecturas que irán ganando terreno en los proyectos a ejecutar.
Pero lo más interesante es la aplicación de todas estas tecnologías y plataformas tanto en los ámbitos domésticos como empresariales. Es lo que viste esto tan de moda llamado digitalización o transformación digital. Voy a poner algunos ejemplos: en Sanidad preocupa la privacidad del dato y se acrecientan las inversiones en IA mirando hacia un futuro marcado por la cirugía robótica o, incluso, por auxiliares virtuales de enfermería; en el ámbito de la Industria 4.0, el aprendizaje automático permite realizar predicciones basadas en grandes cantidades de datos; se podrán automatizar las calificaciones en Educación y contar con chatbots de IA como asistentes de enseñanza; la Banca ofrecerá servicios financieros desde asistentes inteligentes en los hogares; las tecnologías cognitivas revolucionarán los servicios de la administración pública. A medida que usemos herramientas como Siri y Alexa de Amazon, empezaremos a ver un nuevo universo de posibilidades.
Ya no estamos visionando películas de ciencia ficción, ‘2001: una odisea en el espacio’, ‘A.I.’ o ‘Yo, robot’. A partir de 2019 la aplicación de estas tecnologías disruptivas en la vida cotidiana tendrá un crecimiento exponencial, a una velocidad imparable de detener.
Y también, por qué no, tenemos el ejemplo del deporte. La digitalización es una de las principales razones por las que se ha transformado para pasar de ser un juego de entretenimiento y ocio a convertirse en una industria de más de 1,5 billones de dólares estadounidenses a nivel mundial. Se maneja una cantidad sin precedentes de datos a través de IoT, y este 2018 con la implantación del VAR (Virtual Assistant Referee), la digitalización se ha sentado en la butaca de nuestros hogares. Como en otras disciplinas, se podrá pensar si el VAR podría estar tomando la decisión correcta, o no. Pero el hecho es que la combinación de AI y software analítico, junto con tecnología de aprendizaje profundo, eliminará incluso que un árbitro humano monitorice las pantallas.
La digitalización ya nos envuelve. Se dice que todo será digital y enraizado en la tecnología. Seguramente sea así. No sé si el VAR, esta vez con ‘B’, llegará a ser digital. Yo sinceramente, espero que no, aunque sea una excepción.
