El sábado 20 de julio se cumplen 50 años de la llegada del hombre a la Luna. La misión espacial Apolo 11 consiguió aterrizar en el satélite natural de la tierra con un ordenador del tamaño de un maletín, una tecnología que poseía una fracción de la potencia de procesamiento de uno de nuestros teléfonos móviles de hoy en día. La innovación, el coraje y el compromiso de lograr lo imposible es lo que permitió que Neil Armstrong y Buzz Aldrin llegarán a la luna y regresaran a la tierra.
Para llevar a cabo este viaje espacial, se necesitó de una ola de innovación que permitió desarrollar desde la informática hasta los trajes espaciales. Y el desarrollo tecnológico no se ha detenido desde entonces y en algún momento nos permitirá otra vez sobrepasar nuestros límites humanos y llegar al planeta rojo.
Casi todo el ecosistema dedicado a la exploración espacial está construido sobre los cimientos del código abierto y de Linux. Linux alimenta al 100% de los 500 superordenadores más potentes del mundo, y ha sido adaptado para funcionar en prácticamente cualquier tipo de arquitectura informática, incluido los teléfonos móviles. Pero no solo eso, sino que Linux alimenta el primer ordenador disponible comercialmente que está a bordo de la Estación Espacial Internacional. El código abierto es una fuente de innovación, es el origen de la invención de la TI. El experto global en tecnología, Yan Fisher, cree que la humanidad podría llegar al último rincón por explorar y llevar a cabo una misión espacial completa con tecnología de código abierto.
Para ello es necesario un cambio fundamental en la forma en que diseñamos el hardware. Eso quiere decir que los ordenadores deberán diseñarse y estar disponibles comercialmente, ser modulares y autodidácticos, y se necesitará de un esfuerzo titánico y de todo un ecosistema de empresas que trabajen juntas para superar los límites de lo que se cree posible. Yan sostiene que fue este espíritu, esta voluntad de traspasar las fronteras, lo que hizo que las misiones Apolo fueran un éxito, y es este mismo espíritu lo que ayudará a la humanidad a llegar a Marte.