El tsunami de la pandemia y el confinamiento ha hecho tabla rasa con todo tipo de empresas y, especialmente, a los organismos públicos, cuyo nivel de presentismo está más agudizado que en la organización privada y donde el mundo de la nube se ve -en ocasiones- limitado por normativas o condicionamiento administrativo. Los directivos TI de las instituciones han conseguido hacer de la necesidad virtud, poniendo en marcha estrategias in extremis para poder seguir ofreciendo servicios a los ciudadanos y conseguir que la máquina estatal no se paralice.
El milagro ha llegado de la mano de estos profesionales, que en algunos casos han aprovechado sus avanzadillas tecnológicas en proyectos como el teletrabajo o VDI (Virtual Desktop Infrastructure), y en otros casos, han tenido que reinventarse de la noche a la mañana, como se constata en este encuentro organizado por Computing, en colaboración con T-Systems, para discutir `virtualmente’ sobre cómo está siendo el impacto de Covid-19 en la Administración Pública.
Rosa María Rodríguez Curto, Vice President of Sales de T-Systems Iberia, cree que se pasó de un “sálvese quien pueda” a repensar el negocio. “Han cambiado muchas cosas, las organizaciones tuvieron que dar servicio de un día para otro, y aquí se produce un cambio disruptivo que tiene que ver con cómo nos preparamos para la nueva normalidad, en nuestro trato con los empleados, los clientes y el mercado”.