iSOCO, especialista en software de inteligencia artificial y tecnología semántica, considera que la capacidad de detectar, captar, estructurar y explotar el gran volumen de información de interés que se genera tanto fuera como dentro de la empresa, y que circula en ocasiones en tiempo real a través de Internet, puede llegar a condicionar las nuevas oportunidades de negocio.
“La empresa que no desarrolle capacidades de absorción de conocimiento y no sepa aprovechar la gran cantidad de información disponible actualmente en la Red tendrá carencias que le llevarán a perder oportunidades de negocio respecto a sus competidores”,pronostica el director general de iSOCO, Javier Aróstegui.
Para evitarlo, iSOCO toma como inspiración el paradigma de la Innovación Abierta, un término acuñado por el profesor Henry Chesbrough que define un modelo en el cual la relevancia de las aportaciones e ideas externas se equipara a la de las internas. En este contexto, iSOCO recomienda diseñar, construir e instrumentalizar progresivamente un entorno de colaboración adecuado a las necesidades específicas de cada compañía; y garantizar el acceso inmediato a los datos útiles dispersos activando canales efectivos de circulación y absorción del conocimiento.
En concreto, iSOCO propone cinco claves para crear una auténtica red colaborativa ante el exceso de información actual y captar las mejores ideas:
1. Pensar en nuevos mercados donde explotar las ideas: No siempre una idea o una tecnología pueden ser útiles en una determinada área o mercado, pero sí que pueden tener valor para ser explotadas en ámbitos diferentes a aquellos para los que fueron pensadas inicialmente. La innovación debe empezar a interpretarse en función del modelo de negocio por lo que, en ocasiones, la creación de una spin-off o empresas paralelas puede convertirse en una buena opción para llegar a nuevos mercados y generar beneficios a partir de una idea innovadora que, de otro modo, sería descartada.
2. Perder el miedo a abrir las ideas al mercado y a colaborar con otras empresas: Si bien de entrada puede parecer contradictorio, permite optimizar el esfuerzo inversor en I+D de una compañía. General Electrics e IBM, por ejemplo, ceden sus licencias a empresas externas y parte de los beneficios de la venta revierten en el departamento de I+D para hacerlo más sostenible.
3. Introducir tecnología externa: Partiendo de la idea que no todos los mejores trabajan para nosotros, el conocimiento externo puede añadir una ventaja competitiva a la empresa siempre que a nivel interno exista la capacidad de detectar ese valor. Reducir la innovación a la actividad de un único departamento ya no tiene sentido cuando el conocimiento se expande tan rápidamente en nuestro entorno.
4. Capturar ideas: Si la innovación se basa ahora en identificar oportunidades más que en ser el primero en tener la idea, es prioritario destinar recursos a ‘capturar’ esa idea, dentro y fuera de la empresa, que se pueda traducir en nuevos proyectos. La conocida iniciativa InnoCentive, que reta a innovadores de todo el mundo a resolver cualquier tipo de problemas planteados por las compañías que no han podido solucionar a nivel interno, es fruto de esa tendencia.
5. Incorporar herramientas de tecnología semántica para la gestión de ideas: La experiencia de iSOCO a través del desarrollo de su plataforma tecnológica Open Ideas, confirma la eficacia de esta tecnología que, gracias a la semántica, da soporte al proceso de construcción de redes y entornos colaborativos capaces de transformar la información en conocimiento.