Parece que 2016 va a ser el año de Internet of Things (IoT). Ya hemos visto una serie de nuevos servicios IoT llegar al mercado, como por ejemplo el smart fridge de Samsung, presentado en el Consumer Electronics Show en Las Vegas. Este frigorífico conectado permite a los usuarios comprobar los contenidos de su nevera a través de su smartphone, e incluso les ayuda a planificar menús más sanos para sus familias. Los coches conectados también fueron un tema importante en el CES, como los lanzamientos de Bosch, entre otros, de nuevos sensores y dispositivos para ayudar a permitir la conducción automatizada. Como cualquiera que siga a Google, ya sabe que pronto veremos coches sin conductor en las carreteras que utilizan IoT para ayudarles a navegar y a evitar colisiones.
IoT es importante para los consumidores y también lo es para las empresas —o al menos debería—. Puede ayudarlas a construir relaciones más sólidas con los clientes de forma que un mero producto sea elevado a la categoría de emocionante experiencia. Y es que, como se señala en este artículo, lo genial sobre el frigorífico inteligente de Samsung, no es tanto el frigorífico en sí mismo, sino que interactúa con el teléfono, proporcionando así un mayor reconocimiento de marca y mejor relación con el cliente. En la era digital, IoT es absolutamente fundamental para ofrecer experiencias excepcionales a los clientes. Es un momento crítico para IoT, ya que la tecnología está posicionada para tomar un papel clave en nuestras vidas doméstica y laboral.
Así, es importante tener en mente el factor clave de su éxito: la innovación de aplicaciones. IoT no es sólo añadir sensores e ‘inteligencia’ a los dispositivos, sino crear aplicaciones innovadoras que utilicen esta tecnología para ofrecer valor. Las empresas deben, por tanto, ser capaces de experimentar con aplicaciones IoT en un entorno de bajo coste y bajo riesgo. Después de todo, puedes tener todos los sensores embebidos del mundo, pero serían inútiles sin aplicaciones de valor que integren los datos IoT con todos los sistemas empresariales relevantes.
Sólo hay una manera de abordar esta necesidad y es a través de la nube, y más concretamente de Plataformas Cloud. Una Plataforma Cloud permite a los desarrolladores de aplicaciones construir y testar rápidamente aplicaciones IoT en la nube. Esta aproximación disminuye considerablemente el coste y tiempo asociados al desarrollo de aplicaciones de este tipo, ya que los desarrolladores pueden utilizar herramientas de desarrollo preconfiguradas a través de la plataforma. Además, los costes se reducen aún más puesto que los desarrolladores sólo usarán los recursos de base de datos, almacenamiento, y computación necesarios para sus requerimientos, mientras que en el pasado tendrían que diseñar un entorno de desarrollo único para cada una de las aplicaciones, un proceso muy costoso y lento.
El resultado de todo es que los desarrolladores son libres para experimentar. Pueden probar aplicaciones IoT dentro de la nube para ver si generan valor de verdad, ya sea mejorar la eficiencia del negocio o crear un nuevo servicio para los clientes. Y si dichas aplicaciones prueban su éxito, entonces la Plataforma Cloud les permite escalarlas inmediatamente incrementando los recursos dedicados a la aplicación o, si procede, moverla a los sistemas on-premise de la organización.
Las Plataformas Cloud permiten, por tanto, a las empresas ser más ágiles en su desarrollo de aplicaciones, y esto demostrará ser crucial para ayudarlas a desarrollar aplicaciones IoT verdaderamente innovadoras que ofrezcan ventajas competitivas. Una de las razones por las que las Plataformas Cloud son tan exitosas en este sentido es que permiten la integración completa de los datos en toda la empresa. Mediante Plataformas Cloud, las compañías pueden tomar todos sus nuevos datos provenientes de IoT, así como cualquier otro dato relevante de fuentes ya existentes (CRM, sistemas de Ventas y Marketing por ejemplo, o incluso datos no estructurados de plataformas sociales), reunirlos y ponerlos a disposición de las aplicaciones empresariales que los necesiten. En este sentido, es el pegamento que mantiene juntos los datos de la empresa y ayuda a convertir meros datos de sensores IoT en algo que puede ser utilizado por una aplicación para añadir valor.
Por ejemplo, los proveedores de energía están instalando cada vez más contadores inteligentes en las casas de los usuarios para monitorizar cómo utilizan la energía. Estos datos por sí solos son bastante inútiles, pero si los combinamos con otras fuentes de datos de la empresa permiten una variedad de servicios de valor añadido: aplicaciones de smartphone para el cliente, por ejemplo, que puedan usar los datos para mostrarles cómo ahorrar energía; mientras tanto los proveedores de energía pueden agregar los datos con los de otros clientes para ver dónde están los puntos débiles de su red; y por su parte, la utility puede utilizar los datos para lanzar nuevas tarifas planas que les ayuden a gestionar la demanda de la red… Y la lista puede continuar.
Al adentrarnos en el nuevo mundo del IoT vemos claro que las empresas necesitan innovar e integrar para tener éxito. Si quieres encontrar más información sobre cómo las Plataformas Cloud pueden ayudar a tu empresa a alcanzar estos objetivos puedes descargar esta Guía PaaS y descubrir, por ti mismo, el potencial de la Plataforma Cloud.