¿Hay intenciones ocultas detrás del nuevo cambio de Facebook?

Ana Aldea, responsable global de datasocial, agencia de marketing digital.

Publicado el 15 Mar 2019

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El post que Mark Zuckerberg publicó el pasado 6 de Marzo ha mostrado un claro propósito de modificar la planificación estratégica del Facebook y otras redes sociales a su cargo. Según Zuckerberg, CEO y director ejecutivo del gigante de Sillicon Valley, la idea es pasar de lo público a lo privado, creando un espacio íntimo para los usuarios en el que se sientan más cómodos a la hora de comunicarse y no tengan miedo a que su información personal pueda ser divulgada.

¿A qué puede deberse este “volantazo”? A mi entender, tiene todo que ver con la reputación de la red social y la pérdida de usuarios que reportan informes como el de Edison.

Lo que proponen desde Facebook es mejorar la privacidad de sus plataformas a través de la comunicación cifrada, que impide ver información sobre lo que las personas comparten a través los distintos servicios que ofrecen en sus diferentes unidades de negocio.

Al generar una comunicación más segura, este cambio será positivo para el usuario y, por tanto, lograrán recuperar la confianza en el uso de las redes y animará a usuarios ya inactivos a volver a la plataforma. Facebook sabrá menos de nosotros y almacenará datos por menos tiempo.

Es interesante reseñar que el cambio viene dado por escándalos como el de Cambridge Analytica, la pérdida de usuarios de esta red social el año pasado y su bajada en bolsa. No obstante, debemos recordar que Facebook ha seguido aumentando sus cifras de beneficio en los últimos años, a pesar de estas cuestiones.

Y esto nos hace pensar, ¿hubiera Zuckerberg planteado modificar el modelo con el que nació la red social si no se hubieran producido esas filtraciones sobre nuestros datos? Probablemente no. Sin embargo, parece que, en un futuro cercano, pueden ocurrir dos cosas: WhatsApp se va a convertir en el centro del negocio y Facebook va a dejar de ser una plataforma de comunicación masiva para convertirse en una red de comunicación privada.

El objetivo: convertirse en centro neurálgico de nuestras comunicaciones personales, transaccionales y laborales, desplazando -o al menos intentándolo (como ha estado haciendo hasta ahora)- a otras vías de comunicación que no estén bajo su control. O, si no, revisemos en la hemeroteca proyectos como workplace y marketplace.

¿Estamos cerrando una puerta, pero dejando abierta la ventana?

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Redacción

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