La guerra en la cancha de la inteligencia artificial está servida. Frente a los avances de Microsoft (en unión de su aliado OpenAI) para integrar ChatGPT en toda su gama de productos (navegador, ofimática…) y en Azure, Google acaba de mover ficha anunciando Bard, tecnología de chatbot que ofrecerá “respuestas frescas y de alta calidad” a las consultas de los usuarios dentro de la web, como ha explicado el CEO de Google, Sundar Pichai.
Pichai ha definido el nuevo programa como “servicio experimental de IA conversacional” impulsado por LaMDA (Language Model for Dialogue Applications, modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo creado por el navegador en 2017). LaMDA, el modelo de lenguaje de Google basado en Transformer, una arquitectura de red neuronal, está en el corazón del chatbot de Google. Curiosamente, ChatGPT también se basa en el modelo de lenguaje GPT-3, que también se basa en Transformer.
En plena efervescencia de anuncios relacionados con ChatGPT Google ha querido mitigar la burbuja mediática generada, a través de lo que los expertos califican de “lanzamiento apresurado” dada la falta de información sobre la nueva criatura bautizada como Bard.
En su blog, Sunday Pichai explica cómo Bard puede usarse para simplificar temas complejos, como es el ejemplo de explicar los hallazgos recientes realizados por el Telescopio Espacial James Webb de la NASA a un niño de nueve años.
Pichai enfatizó la necesidad de pruebas rigurosas para Bard, y agregó: “Combinaremos los comentarios externos con nuestras propias pruebas internas para asegurarnos de que las respuestas de Bard cumplan con un alto nivel de calidad, seguridad y fundamentación en la información del mundo real”.
Google está lanzando una “versión modelo ligera de LaMDA”, que requiere muchos menos recursos computacionales, lo que permite a Google recibir más comentarios.