La digitalización de las organizaciones no es posible sin la consecuente modernización de sus aplicaciones. No obstante, en torno al proceso de qué sistemas son verdaderamente necesarios actualizar y cómo hacerlo, surgen muchas dudas. Expertos TI de compañías de diversos sectores se han reunido en un encuentro de Computing y CAST Software para despejar sus incertidumbres y compartir experiencias.
La tecnología se renueva constantemente, “muchas veces, más rápido de lo que las empresas pueden asumir”, apuntó Francisca Huélamo, directora de Tecnologías de la Información de Air Miles España. Aunque el negocio exige adaptar las compañías a los nuevos tiempos, esta adaptación no debe afectar a los sistemas críticos de manera que abstraiga todo el proceso de digitalización y paralice el negocio; “hay que saber calcular muy bien el ritmo de adaptación de la compañía”.
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Para saber qué sistemas exigen una actualización más a menudo, es preciso tener muy en cuenta las exigencias del negocio. Pablo Alcaraz, jefe corporativo de Operación y Control TI de OHL, explicó que la suya es una empresa constructora y, por tanto, su actividad no requiere que sus aplicaciones estén “siempre a la última” como, “por ejemplo, las telco”. “En OHL actualizamos nuestros sistemas sin prisa, pero sin pausa, ya que priorizamos la transformación de aquellas aplicaciones que nos vayan a reportar un beneficio claro”. ‘Transformación digital’ “es un término muy amplio, que precisa de una importante inversión económica y de tiempo”, por eso, “lo que abarca lo debe decidir cada organización”.
Existen aplicaciones que hemos visto nacer, desarrolladas en Java, que ya se están quedando obsoletas
El horizonte de digitalización que se marca cada empresa también viene determinado por el área geográfica en la que opera. Grupo Piñero es una cadena hotelera que posee numerosos complejos turísticos e inmobiliarias en el Caribe, “lo que nos obliga a estar muy conectados y sincronizados”, comentó Mateo Ramón Sastre, director corporativo IT del Grupo. La crisis porla Covid-19 ha sido un revulsivo para la puesta a punto de muchas empresas, sobre todo del sector turístico, uno de los más azotados por las consecuencias de la pandemia. “Estamos aprovechando esta etapa de menor actividad para cambiar ciertos programas y ser más eficientes, especialmente con la automatización de los sistemas de back office, ERP, supply chain, administración y Recursos Humanos”.
